Según el significado que se le da en la religión y la sabiduría popular, es el espíritu o la energía que le da vida a un cuerpo, sin importar la especie a la que éste pertenezca. Cabe destacar que el concepto de “alma” está rodeado de superstición, además de los diferentes puntos de vista que se pueden encontrar dispersos. En las innumerables culturas del planeta es definido de diferentes formas, debido a lo anteriormente mencionado. Científicamente, no se ha probado la existencia de una energía que controle al cuerpo y que, luego de su deceso, simplemente salga de él, pues los que permiten que éste funcione son los órganos.
Así que quienes regulan todo los procesos, además de hacer posible el aprendizaje de conductas y demás; incluso, llegó a tornarse un poco similar al debate de la mente, el cual concluyó después de encontrarse la zona cerebral en donde se producían los pensamientos.
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Qué es el alma
Alma es la condición inmaterial que especifica la particularidad y su humanidad. El alma proviene del latín “anima” que significa alma humana y, debido a esto, alma es sinónimo de psique, “aliento vital’” y yo (el yo), pero también es sinónimo de individuo, persona.
Para algunas personas el alma es inmortal, los más puro del ser, es tanto, que el alma ha sido inspiración para redactar canciones, para escribir poemas, por ejemplo el libro poemas del alma, una inspiración del amor puro, del amor incondicional que se tiene por otra persona independientemente su credo, y que también pudiera ocurrir que sean almas gemelas.
Definición de alma desde la perspectiva filosófica
En los filósofos de Milesia, el alma es un principio vital, extenso a la materia en su totalidad, que terminará desarrollándose como un principio de movimiento y sensibilidad, del conocimiento, por lo tanto. La asociación del alma con el conocimiento conducirá a una teoría selectiva y aristocrática, en la cual solo las almas que alcanzan un conocimiento racional alcanzarán la inmortalidad, que encontrará su nivel máximo de exposición en la teoría platónica, en filosofía es totalmente nula la creencia de las almas gemelas.
En oposición a esta concepción y asociada con el materialismo, el ateísmo ofrece una teoría subjetiva de las sensaciones en una línea empírica más cercana a la experimental. En esta misma línea, Aristóteles, insistirá en el tratado de sensaciones sin abandonar la concepción platónica tripartita del alma.
Concepto de alma desde la perspectiva religiosa
Para los creyentes de las religiones, el alma llega al mundo con una misión, la que tendrá que ser cumplida obligatoriamente, para luego simplemente regresar de donde viene siendo mayormente proveniente del cielo, y repetir de nuevo el ciclo; básicamente, es el concepto de la resurrección. La mayoría de las enseñanzas que se dan son para mantener un alma pura y limpia, lo que otorgaría virtud y sería agradable ante los ojos de Dios. En un terreno más místico y supersticioso, el alma incluso puede tener edades, las cuales se pueden medir de acuerdo a las características que presente la personalidad del individuo que la posea, la rapidez con la que adquiera sabiduría, su conducta y cómo reacciona ante los retos o situaciones de análisis.
Se puede tener un alma recién nacida, la que mayormente representa a las personas despistadas, infantiles, inmaduras, con atracción salvaje hacia lo material, tendencia a no conseguir muchos objetos y un apetito sexual desordenado; un alma bebé, muy similar a la anterior, sólo que sus rasgos no son tan marcados y es capaz de controlar sus impulsos; el alma joven, por su parte, es aquella que presenta mucha más madurez que las anteriores, aun así, se siente atraída significativamente por la vida alocada, la fama y el dinero; un alma madura pertenece a una persona sabia, con puntos de vista marcados y determinación de sus metas; el alma vieja, la más madura de todas, es aquella que analiza los pasos de todos los de su entorno, los comprende y aprende, tiene tendencias a estar solo y apasionarse por los estudios.
La creencia en la inmortalidad del alma se posicionó por encima de la resurrección del cuerpo. La teología de Agustín de Hipona, en los siglos cuarto y quinto, claramente influenciada por el neoplatonismo, muestra cómo en la Edad Media prevalece la idea de la inmortalidad del alma frente a la resurrección del fin de los tiempos. A pesar de que en el siglo trece, Tomás de Aquino insistió una vez más en la unidad estricta del hombre, a través de su fórmula «anima forma corporis», que tenía como objetivo acentuar la unidad del ser humano, compuesta de alma y cuerpo pero en un todo unitario. La verdad es que la Iglesia Católica continúa transmitiendo esta enseñanza durante siglos.
El alma en la filosofía
El alma en la filosofía, según Lévy-Bruhl, se corresponde a un pensamiento propio de los pueblos primitivos que ven la reencarnación en el nacimiento. Según esta doctrina bien conocida, el alma, que representa el ego del individuo, sobrevive a la muerte del cuerpo y se adhiere gradualmente a otros cuerpos hasta su liberación definitiva del alma y espíritu.
Heráclito de Éfeso, afirma como definición de alma es de fuego y sufre las mismas transformaciones que está. Es decir, se enciende, apaga y se transforma en otros elementos. El mejor estado del alma para Heráclito es la sequedad: cuando está seco, el alma goza de salud. En consecuencia, cuando hay un cierto grado de humedad en el alma, el alma está enferma y su conversión en agua conduce a la muerte.
El alma según Platón
Aunque inspirado en las doctrinas de los pitagóricos y el orfismo, Platón podría considerarse el fundador de la psicología racional. Platón pensó entonces, que descubrir y aportar al concepto de alma era una tarea divina y demasiado extensa. El hombre, lo único que podría aspirar es hablar de similitudes.
Platón (427-347 a. C). Está interesado en el significado de alma en el sentido metafísico y divino. El alma y espíritu es lo que se asemeja a los dioses. El conocimiento era innato en el hombre y podemos descubrirlo a través del uso apropiado de la razón.
Según Platón con el nacimiento del individuo, el alma se encarnó en el cuerpo y olvidó todo lo que sabía. Aprender era el recuerdo de aquellos concepto de alma que conocía y había olvidado.
El alma según Aristóteles
La definición de alma según Aristóteles es la forma del cuerpo, por lo tanto, no hay un alma separada del cuerpo. El alma es una función del cuerpo de la misma manera que la vista es una función del ojo. La vista es el alma del ojo. Para Aristóteles, el alma o psiqué fue el primer acto de todas las cosas y lo que hizo posible las percepciones y los sentimientos.
El alma en la teología cristiana
Según la teología (el estudio de Dios), el alma es una parte del individuo que contiene una porción divina y que se cree que sobrevive a la muerte del cuerpo. Otra definición de alma se usa como sinónimo de fantasma o espíritu, por ejemplo, cuando se refiere a un alma en pena indica a un alma sin cuerpo que ronda perdida y sin descanso, más adelante se especifica este punto detalladamente.
Es deber de los teólogos demostrar que los dogmas esenciales han sido revelados a los hombres desde el comienzo del mundo; y que Dios no ha esperado las especulaciones de la filosofía para enseñarles estas dos verdades importantes, que los propios filósofos nunca pudieron demostrar de manera invencible por la falta de las luces de la revelación.
La primera verdad enseñada por la historia sagrada es que Dios es un creador, que hizo todo por su palabra, por una simple acción de su voluntad. Entonces es un espíritu puro, reflejado en el alma de cristo. Entonces el hombre no es solo un cuerpo, sino que también es inteligente, activo y libre como Dios en sus voluntades.
Se dice que Dios, después de haber formado un cuerpo de tierra, sopló sobre el rostro del hombre, y que desde ese momento que el cuerpo estaba vivo, animado, dotado de movimiento y palabra. De hecho, en la cara del hombre es donde brillan la vida, la inteligencia, la actividad, los deseos y los sentimientos de su alma. Nada de esto es notable en los animales.
El alma y el espíritu no se vuelven sensibles por sí mismos, sino por sus efectos, y solo por el mismo pueden sensibilizarse, el hombre tiene la capacidad de escribir y transmitir sus sentimientos de corazón a través de los poemas del alma. Sin embargo, el más sensible de estos efectos es la respiración porque todo lo que respira está vivo.
El alma según la Biblia
Muchos científicos y neurólogos consideran que el alma de cristo es un mito inventado por las religiones o, al menos, que tal concepto religioso no es necesario explicar a los seres humanos. Napoleón le preguntó a Pierre-Simon Laplace, después de que explicara cómo funcionaba el sistema solar: «Y Dios, ¿dónde entra?» A lo que Laplace respondió: «Señor, no necesito tal hipótesis. «No todos los neurocientíficos creen que la idea del alma es un mito”.
El término «alma» del latín «anima» corresponde al hebreo «néphesh» y al griego «psykhé». En principio, todas estas palabras pretenden resaltar la idea de la respiración vital o la respiración de seres vivos, tanto animales como humanos. El «aliento divino» por el cual el hombre comenzó su existencia se refiere precisamente a eso. Para que el alma, según el primer libro de la Biblia, sea la fuente vital o la vida que anima tanto a las personas como a las bestias. Es lógico, por lo tanto, que si «alma» es equivalente a «vida», lo que sostiene la vida, como la sangre que circula por las venas, también está relacionado con el alma de cristo e incluso se dice, ya en el Nuevo Testamento, que el Señor Jesucristo derramó su alma hasta la muerte y su sangre para la remisión de los pecados.
Qué significa el alma en pena
El alma en pena es definida por el espíritu de una persona de luego de su fallecimiento, se mantiene recorriendo los mismo lugares que visitaba al estar vivo, sin descanso alguno. Ya que no pueden encontrar el camino al más allá. Su alma continúa vagando en el mundo de los vivos sin ser plenamente consciente de su muerte, convirtiéndose en un alma en pena.
El destino de cada persona es para toda la eternidad se define en el momento mismo de la muerte. En ese momento, el alma, que es inmortal, se separa del cuerpo y es inmediatamente juzgada por Dios. Este momento se denomina en Teología el «Juicio particular», y consiste en una especie de «radiografía» o «exploración» espiritual instantánea que recibe el alma por iluminación divina.
Al cielo van las almas que han actuado de acuerdo con la Voluntad de Dios en la tierra y que mueren en gracia y amistad con el Señor y perfectamente purificadas; El purgatorio va las almas que lo han hecho bien, pero que aún deben ser purificadas de las consecuencias de sus pecados antes de entrar en la visión de Dios en el cielo; y al infierno, vayan las otras almas en pena que se han rebelado contra Dios y mueran en esa actitud, es decir, mueren en pecado mortal, sin haberlo confesado antes o, si no han podido confesarlo, sin haberse arrepentido de ello, una manera perfecta de las almas en pena que van al infierno son conocidas como almas condenadas o almas en el dolor eterno.