En los inicios de la existencia de los seres vivos en el planeta, los humanos convivían con los demás animales, como una especie más, hasta que esta especie animal fue evolucionando y desarrollando su intelecto a una mayor velocidad que los demás animales a su alrededor.
De allí en adelante, los humanos empezaron a clasificar a todos los animales que existen y habitan en el planeta, de acuerdo a su relación con ellos y el hábitat en el que se desenvuelven.
Así, se consideran dos categorías: los domésticos y salvajes. Los animales domésticos, viven y se relacionan con el ser humano, siendo así domesticados por los mismos.
La domesticación, es el proceso mediante el cual un animal (incluyendo a los seres humanos) adquiere desarrollo e incluso pierde caracteres morfológicos, fisiológicos o de comportamiento, de manera hereditaria. Ésto producto de la interacción constante y prolongada de la especie con el hombre.
De este modo, los animales domésticos se dividen en varios tipos, entre los cuales resaltan las mascotas, animales de compañía y los de granja.
Las mascotas son aquellos animales que los seres humanos han domesticado para convivir con ellos, como un miembro más de la familia. De este modo, son compañeros en el hogar y en la vida de las personas, los cuales tienen bajo control de sus amos, su alimentación, aseo, higiene, salud y reproducción, según sea el caso.
El primer animal seleccionado por el humano como mascota fue el perro, quien hoy día es conocido como “el mejor amigo del hombre”. Sin embargo, en la actualidad la lista de animales que son usados como mascota es muy extensa, incluyendo: gatos, pájaros, roedores, tortugas, peces, entre otros.
Los animales de compañía son aquellos animales que han sido domesticados y entrenados para ayudar en el día a día a los seres humanos, que se encuentran imposibilitados de valerse por sí mismos, debido a alguna discapacidad como la falta de visión.
Por otro lado, los animales de granja son aquellos que también han sido domesticados por el hombre, pero con la finalidad de obtener algún beneficio como la alimentación propia (vaca, toro, gallina, entre otros) o apoyo de fuerza (caballos, burros, entre otros).
Por su parte, los animales salvajes representan todo lo contrario a los animales domésticos.