Anticuerpos

Los anticuerpos son un sistema de defensa del cuerpo humano que lucha contra los virus, bacterias y parásitos que atentan contra el sistema inmunológico. Los anticuerpos son una especie de vigilantes que circulan por la sangre en busca y captura de antígenos que dañan al organismo. Una vez atacada la infección los anticuerpos permanecen circulando en el sistema sanguíneo por meses lo que genera inmunidad en contra de la enfermedad que ya fue atacada.

Inmunoglobulinas es el nombre con el que también se le conoce a los anticuerpos, estos están formados por unidades estructurales básicas, cada una de ellas a su vez está conformada por dos grandes cadenas pesadas y dos ligeras de menor tamaño que forman monómeros y dímeros, la verdad es que este sistema es algo complejo y es por ello lo importantes que son en el cuerpo humano.
Leucocito o linfocito B es el responsable de sintetizar los anticuerpos, lo que hace que existan millones con una estructura similar con la única diferencia que varían en su extremo y es lo que hacen los anticuerpos, permiten reconocer una diversidad de antígenos. La única parte del antígeno reconocida por el anticuerpo se denomina epítopo. Estos epítopos se unen con su anticuerpo en una interacción altamente específica que se denomina adaptación inducida, que permite a los anticuerpos identificar y unirse solamente a su antígeno único entre los millones de moléculas que componen un organismo, lo que los convierte en uno de los sistemas más complejos del cuerpo humano.
En el año 1980, dos bacteriólogos alemanes que reciben el nombre de Emil Adolf von Behring y Shibasaburo Kitasato descubrieron cómo funcionaban los anticuerpos en el organismo, revolucionando todo lo que se conocía de ello en el pasado, fue tal el descubrimiento que otros investigadores años más tardes siguieron sumando a la teoría creada por los alemanes.
Teniendo en cuenta que los anticuerpos andan libres en el torrente sanguíneo, estudios revelaron que son parte del sistema inmunitario humoral que es el principal mecanismo de defensa contra los microorganismos extracelulares y sus toxinas. Los anticuerpos contribuyen a la inmunidad ante las enfermedades de tres formas diferentes, entre las que se tienen:

  1. impedir que los patógenos entren en las células y puedan dañarlas mientras intentan entrar en ellas, es decir los neutralizan.
  2. Pueden estimular la eliminación de un patógeno a través de los macrófagos que son células del sistema inmunitario que se localizan en los tejidos.
  3. la destrucción inminente de la bacteria o el gen extraño estimulando otras vías como la lisis (ruptura de la membrana celular que produce la salida del material intracelular).

Existen muchas enfermedades que pueden atacar y dañar el sistema inmunológico del ser humano y cuyas consecuencias pueden ser lamentables, la razón es que estas bacterias o virus la mayoría de las veces atacan a los glóbulos blancos (sistema de defensa) y hacen que el cuerpo esté más expuesto a contagiarse de cualquier enfermedad ya que quien lo protege se encuentra debilitado, entre las más terribles se encuentran el VIH -SIDA que deshace los glóbulos blancos y hace imposible al organismo responder ante cualquier intromisión de algún agente desconocido al cuerpo.