La antisepsia es un término utilizado en la medicina para referirse al uso de medicinas o de sustancias químicas que impiden el crecimiento, o causan la destrucción o disminución de la cantidad de microorganismos, presentes en la piel o en las mucosas, el propósito de este procedimiento, es impedir o aminorar el riesgo de infección en todo método quirúrgico.
Al momento de efectuar cualquier procedimiento quirúrgico, los profesionales de la medicina deben aplicar la destrucción de los gérmenes a través del uso de antisépticos, los métodos dispuestos para llevar a cabo esta clase de procedimiento, se logran por medio de la esterilidad y desinfección del ambiente de trabajo, de los instrumentos que se van a utilizar y del área de operación.
El tratamiento de desinfección y antisepsia, destruyen la flora bacteriana cuando son aplicadas en la piel, lesiones infectadas, equipos instrumentales, equipos odontológicos, y todo lo relacionado con los equipos y aéreas quirúrgicas. Los compuestos químicos que contienen los antisépticos muestran alguna toxicidad en los gérmenes y organismos patógenos.
Clasificación química de algunos antisépticos y desinfectantes: Aldehídos, presentan una clase de toxicidad muy elevada por lo que actualmente solo se utiliza para desinfectar instrumentos como los endoscopios y los equipos dentales. Este elemento presenta un gran espectro de actividad contra las bacterias y los virus. El agua oxigenada (peróxido de hidrogeno), es uno de los más reconocidos germicidas desde hace mucho tiempo, ha sido utilizado para fomentar la limpieza y desinfección de las heridas, su acción es mecánica, se caracteriza por las burbujitas de oxigeno que son las que sueltan el tejido muerto y las bolsas de bacterias, eliminándolas de la herida. La inmersión de materiales en una solución al 6% es capaz de desinfectar a gran nivel en tan solo 30 minutos.