Asentamiento

A nivel general, se conoce como asentamiento al sitio en el que se produce el establecimiento de un grupo de individuos. Una aldea y una ciudad, en este marco, son asentamientos humanos. En la actualidad, el uso más habitual del concepto se vincula al proceso que se desarrolla para ocupar y poblar terrenos.

Los asentamientos humanos tienen mucho que ver con formas inestables de vivienda. Mientras que hablamos de las grandes ciudades hacemos referencia a las poblaciones urbanas, el término «asentamiento» ha quedado mucho más relegado a una cuestión social que tiene que ver con la pobreza, la miseria, la inseguridad, el abandono e incluso la deportación de una gran parte de la sociedad.
Estos grupos afectados no tienen acceso a una calidad de vida estable o segura y deben entonces recurrir a formas mucho más inestables de hábitat. Así, los asentamientos pueden ser entendidos como una de las muestras más claras de desigualdad social que puede estar en el bienestar de algunos, un sector abundante de un centro urbano puede vivir en condiciones muy pobres.
Antiguamente, cuando existían grandes extensiones de tierra sin habitantes, era frecuente que personas migrantes desarrollasen asentamientos. Así surgieron los nuevos pueblos que, poco a poco, comenzaron a crecer en lugares que, hasta entonces, estaban habitados.
Otra acepción frecuente de asentamiento se asocia al conjunto de viviendas que, sin autorización legal y planificación, se establece en un territorio. Estos asentamientos irregulares surgen cuando las personas no tienen recursos económicos para acceder a las viviendas constituidas, una situación que los obliga a construir casas donde pueden y tienen acceso a los materiales.
Las llamadas villas de emergencia, chabolas, favelas o cantegriles son asentamientos informales.