Los baños oculares son una de las opciones de tratamiento que tiene las personas que sufren de sequedad en el sistema óptico, conjuntivitis, párpado inflamados, picor, crecimiento bacteriano o alergia a sustancias que se encuentran en el aire o que toman contacto con la superficie del aparato visual.
Cabe destacar que existen diferentes productos en el mercado para llevar a cabo éste método de relajación, también considerado como terapéutico, que se caracterizan por imitar la fórmula del líquido lagrimal, además de hidratar el globo ocular. Se ha practicada desde hace un siglo y es muy recomendado por los médicos. La lubricación del ojo es muy importante, ya que regenera su superficie y elimina bacterias que potenciales causantes de enfermedades y está compuesta por solución salina y ácido hialurónico.
Al igual que en las situaciones anteriormente nombradas, se pueden utilizar los baño oculares cuando se tenga los ojos enrojecidos o se necesite frescura inmediata, lavado diario de los globos y párpados (es recomendado en caso de cirugía), al igual desalojar cuerpos extraños. El instrumento principal utilizado para llevar a cabo el tratamiento consiste en una pequeña bañera (la cual no permite el asentamiento de bacterias dentro de ella), en la que se deposita el fármaco.
El proceso en general se remite a llevar la pequeña bañera hacia los ojos, manteniéndolos muy abiertos, y tratar de que la sustancia entre en contacto con la superficie por completo, haciendo una presión muy leve. La solución debe estar algo fría, para evitar la incompatibilidad de temperaturas; también se debe tener en cuenta la limpieza de las manos al momento de realizar el tratamiento.