Basílica

Originario de un término griego, βασιλική (basiliké) de donde pasó al latín, la palabra basílica se deriva de «rey», como los antiguos griegos llamaban una basílica de forma rectangular en los palacios reales orientales, donde se encontraba el trono y allí el rey concedió las audiencias. Los romanos copiaron este modelo, pero para hacer edificios públicos con fines judiciales, sociales y comerciales.

Desde el siglo III a. C., las basílicas pueden observarse en el foro romano, que evolucionó en su arquitectura, hasta que se les proporcionaron enormes bóvedas. Un ejemplo es la Basílica de Majencio, encargada por el emperador Majencio en 306, que consta de una nave central de 35 metros de altura, a la que se agregaron dos lados de 32 metros cada uno. Se terminó durante el reinado del emperador Constantino en el año 312 dC, y en su honor se destacó en su interior, una estatua de este emperador, hecha con bronce y mármol.
Con el cristianismo, desde el respaldo del Imperio Romano hasta la práctica del culto, la idea de una basílica se vinculó con los espacios religiosos que se utilizaban para celebrar las liturgias. Por lo tanto, a medida que avanzaba la historia, el concepto estaba vinculado a las iglesias de mayor importancia o trascendencia.
De la misma manera, debemos saber que para que un templo sea considerado una basílica es necesario, al menos, que cumpla con una serie de requisitos fundamentalmente. Desde su referencia histórica, religiosa y arquitectónica, una basílica tiene generalmente las siguientes caracteristicas:

  • El plano de la basílica tiene forma de paralelogramo, presentando un pórtico en un extremo y un ábside en el otro.
  • Incluye un pasillo en el medio de su sala, teniendo a los lados del mismo columnas de los lados y un techo bastante elevado (alto).
  • La denominación de una iglesia como basílica depende del valor histórico y espiritual que se le otorga a una iglesia y, como criterio general, en la mayoría de los casos, cada basílica tiene una puerta sagrada, que solo se usa en ocasiones especiales.
  • Según la tradición de la Santa Sede, cuando una iglesia recibe el título de basílica debe haber signos o insignias que sean visibles en el templo y que prueben esta distinción (hay tres insignias: una sombrilla de colores conocida como sombrilla basílica, una imagen del patrón o tintinábulo y el escudo de armas).
  • En la terminología de la Iglesia Católica, se hace una distinción sobre estos edificios: las principales basílicas, que son cuatro y están ubicadas en la ciudad de Roma (San Pedro, San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y la de San Pablo). ) y, por otro lado, el resto de ellos (también conocidos como basílicas menores).
  • Todas las basílicas suelen tener una dimensión simbólica e histórica (esto es lo que sucede con la Basílica de la Natividad en Belén, construida en el siglo IV dC en el lugar donde se considera que nació Jesucristo).