Calor

La palabra “Calor” se utiliza para definir la sensación percibida por cualquier objeto al que se aplica una temperatura mayor a la que lo caracteriza de manera habitual.
Durante mucho tiempo la humanidad creyó que el calor era un elemento carente de una función relevante, y no fue si no hasta el siglo XIX, específicamente en el año 1842, cuando los científicos Helmholtz, Rumford, Mayer y Joule, determinaron que la energía originada a partir de procesos mecánicos se podía convertir en calor y viceversa.
En tiempos actuales, el concepto de calor hace referencia a la energía cinética propias de las partículas que componen los átomos.
Hay que hacer notar que la cantidad de calor presente en un cuerpo o espacio determinado se representa con una medida denominada “julios” y la transformación de la fuerza calorífica en otra expresión de la energía se define por medio de su semejante mecánico del calor.
Prácticamente todas las ciencias aplicadas, de manera excepcional la ingeniería y la química, miden la energía calorífica en unidades de calor, y esto se debe a que la energía que perciben o expiden la mayoría de los procesos posee la cualidad de ser “caliente”.

En el campo de la física, es ley que los razonamientos produzcan calor, situación que se convierte en una pérdida considerable de energía de índole mecánica, lo que constituye un gran riesgo en algunas máquinas cuando en su desempeño superan ciertos límites relacionados con la temperatura.
Es necesario hacer notar que para efectuar la medición de la cantidad de calor recibida o emanada de las transformaciones químicas o físicas a la que es sometido un producto, se usa un dispositivo denominado calorímetrov o un termógrafo.