Cáncer Nasal

El cáncer es una enfermedad que afecta, principalmente, a las células de un órgano específico. Esto ocurre cuando el proceso de división celular (cuyo fin es el de la reproducción) atraviesa un descontrol, es decir, la producción de células nuevas es masiva; esto trae como consecuencia la aglomeración de las células, por lo que un tejido nuevo nace. A esos tejidos se les denomina “tumores”, y estos pueden ser tanto malignos o cancerosos, como benignos; en caso de que se determine es canceroso, es muy probable que este inicie el proceso de la metástasis, en donde estas células malignas burlan al Sistema Inmunitario (encargado principal de defender al organismo ante cualquier tipo de amenaza) logrando invadir a los órganos vecinos.

Casi cualquier zona del organismo puede resultar afectada por un cáncer. En algunos órganos puede tornarse altamente agresivo, mientras que en otros no se presenta con tanta fuerza, como en el caso de próstata. Uno de los tipos de cáncer en los que más tardan en presentarse los principales síntomas, es el cáncer nasal. Generalmente, a este se le denomina como cáncer paranasal, y se presenta en los conductos nasales por donde entra el aire, además de zonas aledañas a esta. Los senos paranasales y la cavidad nasal resultan de suma importancia para producir los sonidos, además de que son los encargados de entibiar el aire antes de llegar a los pulmones. Por su interacción directa con la garganta, hay una probabilidad de que se extienda hasta ella, afectando muchas de las actividades cotidianas que involucran al conducto.
La población más susceptible a desarrollar cáncer nasal es la masculina, mayor de 40 años, que padezca del Virus del Papiloma Humano (VPH), fumadores, con exposición constante a químicos. Es importante resaltar que, las sustancias químicas que aumentan las posibilidades de desarrollar esta enfermedad, son aquellos utilizados en, por ejemplo, la fabricación de muebles, de zapatos, el enchapado de metales y trabajos en madera. Entre los síntomas más comunes, se encuentran: las hemorragias nasales, nariz que gotea constantemente, dolores de cabezas, llagas que no sanan en las fosas nasales, dolor o presión en el oído, al igual que adormecimiento facial. Para el diagnóstico, se practican estudios como: exámenes físicos de la nariz, la cara y el cuello, Radiografías de la cara y el cuello, IRM o Imágenes por Resonancia Magnética, nasoscopias y biopsias.