Cataplasma

Los cataplasmas son tratamientos alternativos o naturales, que son empleados como antiinflamatorios o calmantes de dolor en zonas musculares, siendo administrado por vía tópica.

Mucho antes de la aparición de los antibióticos, era un método muy utilizado para aliviar molestias en las diferentes áreas del cuerpo, además de medicación casera para la congestión bronquial. Hoy en día, es una de las tantas terapias que se ofrecen en los spa, considerados sólo como un pequeño escape del estrés diario que los rodea; también han surgido variaciones y se ha modernizado en muchos sentidos, desde su preparación hasta su aplicación.
En sus primeras versiones, se elaboraban con harina de lino, trigo o algún cereal rico en fibra (sin embargo, en lagunas casos se utilizan plantas), para luego ser unido con agua caliente y otro componente que ayude a formar la pasta. Aún caliente, se coloca sobre la zona deseada, es cubierta con un trozo de tela fina, para, finalmente, vendarla. A diferencia del ámbito médico natural, en la cosmética se utilizan diferentes tipos de barro o arcilla, además de que las toallas de lino sustituyen a las arpillas y no siempre se aplican caliente. Es igualmente utilizada en la veterinaria, para relajar los tendones de las patas de, por ejemplo, caballos que realizan trabajos duros en carreras, sin importar si sufrieron alguna lesión.
Para hacer un cataplasma casero sólo se deben recolectar algunas hierbas frescas, ponerlas a hervir en abundante agua y con un fuego muy bajo, para después tratar de quitar la mayor cantidad de agua posible cuando estén listas, pero manteniendo un poco; pueden ser colocadas en un mortero o una superficie resistente, para iniciar el proceso de trituración hasta que sea un polvillo; después deben ser mezcladas con más agua caliente para hacer la pasta que se aplicara en la superficie deseada y luego, como antes se mencionó, ser cubiertas por una toalla de lino y vendas.