El código de barras radica en una serie de franjas verticales (barras) que, cuando un dispositivo de escaneo lo lee apropiadamente, ofrecen una información sobre el producto al que está relacionando. Esta información se comparte entre la contenida en el propio barco y la base de datos a la que se puede conservar el número que figura en ese código, y que los seres humanos pueden leer en la parte inferior.
Los dígitos de un código de barras se agrupan en cuatro segmentos diferentes: los dos primeros corresponden al identificador del país, mientras que los siguientes 5 a 8 identifican a la empresa de fabricación. El último dígito del control, para poder verificar que el código es correcto, y que se deja en el medio de esto y el identificador de la compañía manufacturera, es colocado por este último para identificar su producto específico.
Hay dos tipos de códigos de barras: Dimensional (1D) es una serie de líneas utilizadas para almacenar información. A medida que el tipo de producto, tamaño y color aparece en la parte superior de la UPC, se utilizan en el embalaje del producto para ayudar a rastrear los paquetes a través del Servicio Postal de los Estados Unidos, así como un número de ISBN, en la parte posterior de los libros. y bidimensional (2D) son más complejos y pueden incluir más información que solo texto. Además del precio, la cantidad e incluso una imagen. Por esa razón, los lectores de códigos de barras lineales no pueden leerlos, pero los teléfonos y otros escáneres de imágenes pueden hacerlo.
Hay más de 12 variaciones de códigos de barras, sin embargo, depende de la aplicación. Por ejemplo, cuando vamos al supermercado, el personal que atiende la caja pasa cada artículo por el escáner, que lee su código de barras y proporciona el precio unitario, con el cual el cajero solo debe ingresar las unidades, y no solo el precio final de la compra sale, pero una vez que se lleva a cabo la transacción, se descuentan las unidades adquiridas de las existencias de la tienda.
Otro ejemplo sería, en una tienda de ropa, las prendas pueden etiquetarse con un código de barras que nos permite saber más sobre su composición y precio. Gracias al bajo costo de impresión de etiquetas con código de barras, es una herramienta adecuada para la clasificación de todo tipo de propiedades.
En la actualidad es más rápido leer a través del escáner que a través de las cámaras, es por eso que puede obtener más información usted mismo que el código de barras tradicional.