Son todas aquellas actividades deshonestas, contrarias a la buena fe, que realiza cualquier comerciante, ya sea para incrementar su cuota de mercado, para acabar con la competencia, etc. Es decir dejar a un lado lo que son las reglas del juego y la honestidad dentro de la competencia. Este tipo de conducta por parte del empresario resulta contrario a los requerimientos de la buena fe.
Muchas legislaciones consideran que una conducta o ejercicio comercial es contrario a la buena fe, cuando no se ajusta a las actividades tomadas como honestas dentro del mercado busca cambiar el comportamiento del consumidor.
Algunas de las prácticas más comunes de competencia desleal son:
Actividades asociadas con engaño y confusión:
Actos de engaño: se trata de la entrega de información errada. Este engaño suele afectar algún elemento importante del producto o servicio. Por ejemplo: el precio, las garantías, las reparaciones, entre otras.
Actos de confusión: se trata de toda clase de conducta que busca generar un ambiente de confusión entre los consumidores sobre la actividad, servicio o creación de empresas competidoras.
Omisiones engañosas: es cuando se omite cierta información, sabiendo que los consumidores la necesitan, para poder tomar una decisión correcta. También se considera desleal, cuando se otorga información poco clara o ambigua.
Actividades asociadas con violencia, incumplimiento de normas, etc.
Prácticas agresivas: son aquellas como hostigamiento, uso de la fuerza o intimidación, que intentan restringir la libre elección de los consumidores o competidores.
Actos de denigración: se trata de divulgar información falsa, acerca de los productos de la competencia.
Actos de comparación: los actos de comparación por lo general se encuentran dentro de lo que es la competencia legal, sin embargo se convierte en desleal cuando se trata de imitaciones que violan lo establecido en el marco legal, utilizando el engaño o el descrédito hacia otros.
Violación de secretos: es considerado como desleal difundir los secretos industriales o empresariales, sin la autorización de su propietario.
Discriminación y dependencia económica: es considerado desleal que una compañía discrimine a sus compradores injustificadamente o saque partido de proveedores cuya actividad esté ligada a ella.
Se debe tener presente está obligado a no cometer actos de competencia desleal ya que el rol que tiene el principio de la buena fe es muy importante, cuando se realiza este tipo de acciones se está transgrediendo este principio, que debe ser la base primordial de toda relación comercial.