Corea del Norte

Corea del Norte está ubicada en la Península Coreana, específicamente al norte a partir del paralelo 38. Rodeada de mares al este por el mar del Japón y al oeste por el mar Amarillo. Sus áreas son montañosas y de estrechos valles. En la costa occidental predominan las llanuras. El pico del monte Paektu es el punto más alto del país.

Cabe resaltar que Corea del Norte cuenta con ríos que la caracterizan y representan como son el Yalu y Tumen, la cual son los responsables de separarla con sus aguas de la República Popular China. Corea del Norte cuenta con una superficie de 120.540 Km2. Y una población de 25.368.620. Ubicado al norte al este de Asia.
En la tabla de poblaciones Corea del Norte escala la posición número 51, compuesta por 196 países y tiene una densidad de población de 210 habitantes por Km2. Pionyang es su capital y su moneda Won norcoreanos. En cuanto a su economía se encuentra posicionada de número 125 por volumen de PIB.
A final de la Segunda Guerra Mundial se dividió la península de Corea en dos zonas, una que ocuparían los soviéticos y la otra por los norteamericanos. Debido a la Organización de Naciones Unidas (ONU) en el año 1948 se crean dos gobiernos independientes, aunque, Corea del Norte, no participó de las elecciones llevadas a cabo, situación que acentuó la división.
La Constitución norcoreana, en su artículo 68, garantiza la libertad religiosa y garantiza el derecho a construir edificios para el culto. Pero, en la práctica, el gobierno no sólo prohíbe las actividades religiosas organizadas sino que persigue, además, a los creyentes. Muchos observadores han sostenido que, en realidad, sí hay una religión oficial: el culto a Kim Il Sung, que da un fervor religioso en un estado ateo que, en realidad, proscribe toda confesión religiosa. La mística religiosa de la vida de Kim Il Sung incluye una vinculación al Monte Paektu (la “montaña sagrada de la revolución”), donde el líder se escondió durante los años de la guerra y donde se supone que nació su hijo. En muchos hogares, fábricas y escuelas hay habitaciones pequeñas habilitadas como capillas para adorar al líder. De hecho, la mayoría de los norcoreanos comienzan y terminan el día con una genuflexión ante su retrato.