La cultura zapoteca es aquella típica del pueblo de los zapotecos, un pueblo establecido en México, más específicamente en los estados de Oaxaca, Guerrero y Tehuantepec (istmo). Estos, cabe destacar, fueron de las civilizaciones más importantes de Mesoamérica. Vivieron durante la época precolombina, que se desarrolla desde la inmigración de los primeros seres humanos que llegaron al continente americano hasta la colonización española. Se data su cultura desde hace 3500 años, hacia el siglo XV y XIV a.C, y su nombre proviene de «Tzapotécatl», un vocablo del idioma náhuatl, que les identifica como “el pueblo del zapote”.
A diferencia de otros pueblos típicos de Mesoamérica, estos no tenían leyenda alguna sobre su llegada al continente. De hecho, solían pensar que provenían directamente del cielo, por lo que a menudo se autodenominaba “ben’zaa” o “la gente de las nubes”; esto dejaba en evidencia que se consideraban descendientes directos de los dioses. Los primeros asentamientos urbanos de importancia, fueron desarrollados en el siglo XV a.C.; posteriormente, entre 500 y 1000 d.C., empezaron a sentar sus bases culturales. El centro de más importancia estaba ubicado en Monte Albán, en donde se hallaba una especie de lugar ceremonial. Además de esto, tenían espacios para juegos de pelotas y se dedicaban a la creación de piezas de orfebrería, madera y barro.
Su religión se caracterizaba por ser politeísta, con tres dioses principales: Totec, el dios principal, Xipe, quien los creó y Tlatlauhqui, el dios del sol; además de estos, también se podían hallar al dios de la lluvia, el de los vientos y el del maíz tierno. Tenían dos calendarios, el Iza, en el que se agrupaban los 365 días del año en 18 meses, cada uno con 20 días, y el Piye, que constaba de 260, agrupados en 13 meses, compuestos por ciclos de 20 días. Además de algunos artefactos arqueológicos hallados, de ellos se conservan esculturas y algunas expresiones visuales. Su civilización, después de algunas luchas pro territorial contras los mexicas y los mixtecas, al igual que la llegada de los españoles, entró en decadencia; sin embargo, hasta nuestros días, han sobrevivido pequeños grupos de zapotecas en el estado de Oaxaca.