Delito Político

Los delitos políticos consisten en el uso de la fuerza para derrocar al gobierno, evitar que funcione o forzarlo a tomar ciertas decisiones. A diferencia de otros tipos de crímenes económicos, digamos, o sexuales, este comportamiento no es puramente egoísta, sino que busca el bien colectivo según la ideología o las creencias de quienes lo ejecutan.

Según la historia, en Roma los crímenes políticos se referían a figuras como decapitar, vender o quemar la estatua del emperador, faltar el respeto a las imágenes imperiales, negarse a jurar por el genio de César o modelar una estatua más alta que la dedicada a él.
El primero en expresar la palabra «crimen político» fue Filangieri en 1796. Cabe mencionar que solo está permitido otorgar asilo o amnistía a personas perseguidas por delitos políticos, por esta razón, la extradición no se aplica a los delincuentes políticos común. esto según la Convención Interamericana (1954).
Las principales causas de este tipo de delito son muchas entre ellas el entorno político y social, así como la indignación que producen en el estado de ánimo o el temperamento de las personas. Los criminales políticos en su mayoría son personas que se caracterizan por ser idealistas que ven en el crimen político, no la posibilidad de satisfacer intereses personales, sino un medio para lograr lo que consideran el bien general. Actúan según principios morales y están convencidos de que su acción es necesaria y justa.
Crímenes políticos basados ​​en problemas tales como:

  • Religión.
  • Seducción (comportamiento que puede ser estimado por la autoridad legal como una insurrección contra el orden constitucional establecido).
  • Ataques contra las autoridades y sus agentes.
  • El terrorismo
  • Desórdenes públicos.
  • Propaganda ilegal (posesión de armas y explosivos, amenazas e insultos, falta de respeto e insulto a la autoridad).

Los crímenes políticos se dividen en:
a) crimen político puro, que solo daña el orden político;
b) ofensa política relativa, compuesta de la ofensa compleja, que hiere el orden político y la ley común.
c) el delito común relacionado, que daña el derecho común, pero que está vinculado a la acción política.
El verdadero crimen político no contiene, en esencia, una carga de malicia, sino que su carácter criminal tiene su referente, en el hecho de haber sido cometido de tal o cual manera y dentro de un cierto régimen político. Cada Estado ha elaborado su propia concepción del delito político, de acuerdo con sus intereses y no respeta los principios de ningún tipo, sino que relativiza su conducta, a la realidad política del momento y a los intereses inmediatos.