Disartria

Se trata de una variación en la articulación de las palabras. Se atribuye a una lesión en el sistema nervioso central y periférico. Y se distingue de una afasia motora; El paciente manifiesta dificultades asociadas con la articulación de fonemas.

La disartria también puede definirse como la alteración de la articulación del lenguaje debido a un afecto motor cuyo origen es del tipo orgánico. Se asocia con lesiones cerebrales y se observa con frecuencia en pacientes con parálisis cerebral. La persona o individuo afectado por la disartria puede producir sonidos que no existen en su lenguaje habitual, ya que no se articulan correctamente.
Los síntomas incluyen: emisiones más automáticas, contexto conversacional, voz forzada, respiración irregular y no coordinada, articulación de palabras defectuosas, ritmo lento y alteración del tono y volumen del habla.
Una persona que presenta esta lesión muestra dificultades o trastornos nerviosos, cerebrales o musculares, dificulta el uso o control de los músculos de la boca, la lengua, la faringe o las cuerdas vocales. Los músculos pueden ser débiles o completamente paralizados. La disartria puede ser el resultado de un daño cerebral debido a:

  1. Una lesión cerebral.
  2. Tumor cerebral.
  3. Demencia (enfermedad que hace que el cerebro pierda su función (enfermedad degenerativa del cerebro).
  4. Esclerosis múltiple.
  5. Enfermedad de Parkinson.
  6. Golpes.

La disartria puede resultar de un daño profundo o permanente a los nervios que suministran los músculos que ayudan a hablar como resultado del trauma facial o cervical, la cirugía para el cáncer de cabeza y cuello, como la eliminación parcial o completa de la lengua o faringe.
Es importante destacar que no se trata de un trastorno del lenguaje, ya que su definición apunta al motor dañado y no a la alteración de funciones cognitivas como la estructuración del lenguaje (aspectos léxicos morfosintácticos y semánticos). Así que; lo que aquí se trata es la expresión del lenguaje, lo que se conoce como Discurso (puntos articulatorios y producción de fonemas, prosodia y en general el aspecto pragmático).
El lenguaje para una persona con disartria es poco pronunciado (como enredado) y el ritmo o la velocidad de su discurso cambia. Otros síntomas incluyen: Sonar como si estuviera susurrando, hablando suavemente o en un susurro, hablando nasal o congestionado, ronco, forzado o débil. Una persona con disartria también puede babear y tiene dificultad para masticar o tragar. Puede ser difícil mover los labios, la lengua o la mandíbula.