Discapacidad Mental

Según la OMS, la Deficiencia Mental es un trastorno definido por la presencia de un desarrollo mental incompleto o detenido, caracterizado principalmente por el deterioro de las funciones específicas de cada edad de desarrollo y que contribuye al nivel general de inteligencia, como las funciones cognitivas, las de lenguaje, motricidad y socialización. La adaptación al entorno siempre se ve afectada.

La determinación del grado de desarrollo del nivel intelectual debe basarse en toda la información disponible, incluidas las manifestaciones clínicas, el comportamiento adaptativo del entorno cultural del individuo y los hallazgos psicométricos.
Se puede decir que la discapacidad intelectual se ha definido cuantitativamente como un valor de cociente intelectual (CI) de menos de 70. Cabe destacar, que todo esto no es suficiente para determinar la discapacidad.
Genera anomalías en el proceso de aprendizaje, entendido como la adquisición lenta e incompleta de habilidades cognitivas durante el desarrollo humano que eventualmente conduce a limitaciones sustanciales en el desarrollo actual. Se caracteriza por un funcionamiento intelectual muy variable que tiene lugar junto con las circunstancias asociadas en dos o más de las siguientes áreas de habilidades de adaptación: comunicación, cuidado personal, vida en el hogar, habilidades sociales, uso comunitario, autogobierno, salud y seguridad , habilidades académicas funcionales, ocio y trabajo.
La AADID (Asociación Estadounidense de Discapacidad Intelectual y Discapacidades del Desarrollo) desde su fundación en 1876 ha sido una referencia mundial en la comprensión y clasificación de la discapacidad intelectual.
La discapacidad intelectual, según la AADID, supone desde 2002 una renovación del enfoque tradicional en favor de un enfoque multidimensional del individuo, definiendo la discapacidad intelectual a través de diferentes aspectos de la persona (psicológico / emocional, físico / salud) así como el entorno en el que se desarrolla. En este sentido, partimos de premisas que se basan en la existencia no sólo de limitaciones, sino también de capacidades, de modo que al contar con los apoyos necesarios en el tiempo, la persona con discapacidad puede obtener resultados personales satisfactorios en su calidad de vida.