Duelo (Psicología)

Entendemos por duelo al proceso psicológico como resultado de la muerte o desaparición de una persona, objeto de una situación significativa para el sujeto. Esta reacción psicológica no solo tiene componentes emocionales, sino también fisiológicos y sociales. Primero; la aflicción no se puede considerar como un desorden, sino como un proceso natural que acompaña a cualquier pérdida.

El duelo es también un tipo formal de combate donde, en presencia de padrinos, dos caballeros enfrentan reglas consensuadas. Es una práctica que fue muy común entre el siglo XV y el siglo XX para resolver conflictos que, en general, afectan el honor de los participantes. La mayoría de los países occidentales, sin embargo, prohibieron los duelos: «No puedo tolerar esta ofensa: lo desafió a duelo esta noche», «El criminal murió después de ganar un duelo con un rival«.
Entonces, para la psicología, la manifestación externa del duelo es el dolor, que es su expresión más o menos formalizada y cultural. El duelo psicológico tiene su correlación más social en el duelo. Lágrimas, furia ataques violentos son parte de las expresiones de una persona en duelo, en fin, todas las consideradas «normales» en esos momentos. Debemos tener en cuenta que los especialistas reconocen que para un buen desarrollo y superación del duelo no es aconsejable huir de estos sentimientos de dolor, ya que no pueden enfrentarlos si no sienten. Lo opuesto es la negación de la pérdida.
Un duelo puede convertirse para un individuo en un problema si su elaboración o proceso de desarrollo no es la más adecuada como por ejemplo:

  • Duelo bloqueado: Se niega por completo lo que está sucediendo y se evita el trabajo de duelo y un bloqueo emocional-cognitivo que se manifiesta a través de conductas, percepciones ilusorias, síntomas somáticos o mentales o relacionales.
  • Duelo complicado: a veces la víctima permanece anclada en el proceso de duelo; es decir, en la apariencia de un complicado duelo influyen tanto las características de la muerte como los recursos personales y sociales de la persona. Podemos reconocer un dolor complicado cuando la persona no ha podido sentir nada durante meses después de la muerte de un ser querido o, por el contrario, se siente atrapada en un sufrimiento implacable durante meses.
  • Luto no autorizado: interpretamos el duelo básicamente como un proceso de cambio; una oportunidad para crecer, evolucionar y fortalecernos personalmente. Entre otros.