El egoísmo es una actitud tóxica y dañina para las personas, ya que, los conduce a través de la vida guiados únicamente por sus propios intereses. Esto termina llevándolos a una vida de soledad, desarrollando un interés profundo solo en lo que los beneficia y no piensan en otras personas, no pretenden compartir, ayudar o colaborar en una causa que implica o beneficia directa o indirectamente a otros.
El egoísmo es una actitud humana que aparece cuando una persona no está realmente interesada en sus acciones o cuando no piensa en los demás, sino sólo en sí misma. Para señalar a una persona que actúa de esta manera, hablamos de alguien egoísta. Es una palabra que proviene del latín, formada por dos palabras, una es ego (que llama al ser individual) y la otra ismo (determina la práctica de algo, en este caso, acciones repetitivas que solo se benefician).
Los niños son egoístas por naturaleza y que no quieran compartir es normal, debemos enseñarles a que cambien de parecer. En general, este tipo de actitudes se adquieren o aprenden desde que eres un niño. Por ejemplo, si un bebé ve que sus padres actúan de esta manera y los tiene como un ejemplo a seguir, copiará su forma de actuar porque cree que es lo correcto.
Normalmente, esto sucede con los niños que son solo (no comparten diariamente con otros niños) o no tienen la presencia de un hermano o hermana en el hogar, toda la atención es para ellos, o se consideran especiales debido a alguna característica por ejemplo: Por alguna enfermedad que los limita y recibir, casi obligatoriamente más atención. Los niños continuarán con este modelo por el resto de sus días a menos que se corrija a tiempo.
Cabe señalar que ser egoísta es positivo a veces. Debes ser muy cuidadoso, porque ser un poco egoísta no es malo. Es necesario pensar sobre nosotros mismos algunas veces, tener consideración por nuestras propias necesidades, no siempre ser dados a los demás, porque nosotros también necesitamos cuidados, en este último aspecto, se hace referencia no solo al cuidado físico, también a dedicar tiempo, a pensar acerca de los propios deseos, y hacer lo que realmente se quiera. Un ejemplo puede ser «Hoy quiero almorzar lo que quiero», en lugar de preguntar qué quieren comer todos.