Empresa

Proveniente del latín “impresa”. Este término se refiere a la entidad que desempeña una labor socio-económica o de servicios.
Para conceptualizar la palabra empresa es necesario concebirla como un elemento de índole socioeconómico, compuesto por hombres y mujeres, quienes cumplen funciones que implican la utilización de recursos, tanto materiales como técnicos, con la finalidad de adquirir beneficios, partiendo de su intervención en el mercado de los bienes y los servicios, para lo cual se hace necesario el uso de agentes productivos como el capital, el trabajo y la tierra, por citar algunos ejemplos.
Lo que permite categorizar a las empresas son las actividades económicas dentro de las cuales se desenvuelven. En ese sentido, existen empresas que se ubican en el sector primario, que son aquellas que consiguen su materia prima de la naturaleza, como en el caso de las ganaderas o las pesqueras. Por otro lado, las hay propias del sector secundario, las cuales se encargan de la manufactura de los bienes obtenidos por el sector primario, con el fin de elaborar productos que satisfagan una amplia variedad de necesidades. Mientras que las empresas que forman parte del sector terciario son aquellas que se mueven en torno a la oferta de servicios o del comercio.
Otra manera de clasificar a las empresas es según la figura jurídica que las ampare.
En ese orden de ideas, hay compañías de carácter individual, es decir, su propiedad la ejerce una sola persona, así como las hay en el ámbito societario, o sea, le pertenecen a varias personas, categoría que incluye subdivisiones como las anónimas, de responsabilidad limitada y las de economía social, dentro de las que se encuentran las cooperativas.
Asimismo, las empresas se clasifican a razón de quien ejerce la propiedad del capital invertido. De ese modo, las hay en su condición de privadas, en las que el recurso económico le pertenece a particulares; públicas, cuyo control lo posee el Estado; mixtas, en las que el capital lo comparten entre el Estado y particulares; y las de autogestión, en las que el capital le pertenece a sus trabajadores.