Epígrafe

Dentro del campo literario, se conoce como epígrafes a los enunciados que, con el fin de determinar la temática de cierto capítulo (perteneciente a un libro cualquiera), se ubica antes del comienzo de este. Generalmente, este se presenta en forma de una frase, pensamiento o extracto de otras obras, que estén relacionadas o que pueda fácilmente identificar la esencia de la trama a leer. Anteriormente, estos eran expresados en dos o tres idiomas distintos; sin embargo, con el paso del tiempo, esta costumbre fue sustituida por simplemente dejar la pequeña oración en latín o el idioma en el que se desarrollaría el cuerpo de la historia.

Esta palabra se origina a partir del vocablo griego «epigrafhé», que puede ser traducido como “resumen o cita antes de un texto”. Cabe destacar que, los antiguos escritores, no solían hacer uso de este recurso; algunos, sin embargo, preferían adornar sus escritos con epígrafes. Fue en el siglo XVI, cuando por fin su uso empezó a esparcirse por las zonas más importantes en cuanto a creaciones literarias se habla. En el siglo XVIII decae el epígrafe, para ser retomado en el siglo XX, mientras atestaban un montón de nuevas escuelas y movimientos a la literatura.
El epígrafe también es el nombre que reciben, en algunas ocasiones, los títulos, frases y resúmenes que forman parte de cierta obra o serie de escritos. El objetivo de estos, al igual que los primeros mencionados, es la de guiar al lector sobre el contenido que se desarrolla en el cuerpo del texto. Sin importar la naturaleza de estos, siempre presentan un valor literario propio y pueden, incluso, servir de epígrafes, a su vez, para obras que tengan una dirección similar.