Escándalo

Se dice que algo es un escándalo cuando va en contra de los valores o costumbres compartidos por la mayoría de la sociedad. Cuando las mujeres usaban faldas, las que se atrevían a usar pantalones eran criticados duramente, ya que se decía que su vestido era escandaloso.

En español, la piedra skandalon se volvió simbólica ya que el concepto puede referirse a un evento que causa conmoción e irritación. El escandaloso, en este sentido, es condenable desde el punto de vista moral y genera un impacto negativo.
La idea del escándalo es la de alguien que se siente escandalizado por algo. Imagine que alguien considera que la homosexualidad es una enfermedad y entiende que sería razonable obligar a los homosexuales a tratar su enfermedad para su propio bien. Aquellos que piensan de esta manera se sorprenden de las bodas homosexuales o de la integración social normalizada de este grupo. Por otro lado, un homosexual puede sentirse escandalizado por las ideas de otros que están conmocionados por la homosexualidad.
Por medio de una filtración de información se puede generar o desarrollar un escándalo ya sea, periodístico o de otro tipo, debido a la confesión de una persona involucrada en el mismo u otros métodos.
Un escándalo basado en mentiras generalmente pretende difamar a la persona involucrada. Aunque esta persona podría demandar por difamación a los responsables, el efecto mediático de desacreditar podría tener lugar de todos modos, especialmente si se supone que la persona está desacreditada durante un intervalo de tiempo específico (por ejemplo, antes de la celebración de elecciones o durante su participación en un evento particular). Cabe destacar, que esta metodología puede desacreditar a una persona, si se presenta el caso en donde la acusación que hace la misma es falsa o algunos presumen falsedad en el relato.
Se puede decir que, en el ámbito religioso, escandalizar significa hacer caer, ser para que alguien se caiga. El escándalo es específicamente la trampa que se interpone en el camino del enemigo para hacerlo caer. En realidad, hay diferentes maneras de «dejar caer» a alguien en el campo moral y religioso: la tentación que Satanás o los hombres ejercen, la prueba que Dios pone a su pueblo o su hijo, son «escándalos». Pero siempre se trata de la fe en Dios.