Euro

El euro representa la moneda oficial, de los países que integran a la Unión Europea (U.E.). Esta moneda comenzó a circular en el año 2002, reemplazando de esta manera a las monedas nacionales de los países que ahora pertenecen a la U.E. los países que la utilizan son: Bélgica, Chipre, España, Alemania, Portugal, Francia, Grecia, Italia, Irlanda, Eslovenia, Eslovaquia, Austria, Lituania, Luxemburgo.

Los billetes se caracterizan por ser idénticos en todos los países, donde se utilizan, presentan diferentes denominaciones: 5, 10, 20, 50, 100, 200 y 500. Mientras que las monedas se consiguen de 1, 2, 5, 10, 20 y 50 centavos y 1 o 2 euros.
Con el objeto de impedir las falsificaciones, cada billete cuenta con una serie de medidas de seguridad, por ejemplo, al tocarlos, se puede percibir claramente la impresión en relieve, también presenta un hilo de seguridad metálico, un motivo holográfico, una tinta que cambia de color, un punteado.
La necesidad de Europa por contar con una moneda única se origina, ante el deseo de eliminar las barreras no arancelarias al libre tránsito de bienes capitales y de servicio y así poder ejecutar la creación de un mercado único. La creación de una moneda exclusiva, representó un hecho inédito en la historia de Europa. Agrupar las monedas que simbolizan para estos países, la soberanía de los mismos durante varios siglos, conlleva a una revolución política pacífica, que beneficia a los ciudadanos y reafirma su sentimiento de pertenencia a una nueva entidad.
La entrada de esta nueva moneda representan para los países miembros, una serie de ventajas, entre las cuales se encuentran:
Uno de sus beneficios es la anulación de los costos de transacción, producto del reemplazo de las diferentes monedas nacionales, por una sola moneda.
Erradicación de cualquier duda con respecto a la variación de los tipos de cambio de las monedas de los Estados que se incorporan en la moneda única. Esta ventaja resulta evidente si se toman en cuenta los efectos perjudiciales que la desmesurada variabilidad de los tipos de cambio y la inseguridad que generan sobre los flujos de comercio e inversión internacional.
Para los países de Europa es beneficioso el empuje de esta moneda frente al dólar estadounidense ya que de esta manera, muchas empresas europeas podrán comprar en los Estados Unidos y también para diversificar su mercado.