Se puede decir que una fábrica es un espacio que bien puede ser físico o virtual, en el cual se desarrolla el proceso de producción de un material, objeto o servicio de diferentes índoles.
De manera tradicional la palabra Fábrica se vincula con un sitio en el que se transforman materias primas hasta dar con un producto determinado. Sin embargo, en la actualidad el mismo vocablo puede hacer referencia a espacios virtuales donde se producen servicios, especialmente ligados al hecho informático, como en el caso de los softwares, por citar un ejemplo.
Es de hacer notar que existen fábricas de diversas clases y dimensiones, según el objeto o servicio que en ellas se produzcan.
A medida que avanza la tecnología, las fábricas se han estado adaptando a las directrices de un mundo moderno y tecnificado, reemplazando paulatinamente la mano de obra humana por máquinas, con el fin de reducir los gastos de producción, acelerar y aumentar los procesos.
Tal y como se utiliza actualmente, la palabra fábrica tiene un origen relativamente moderno, ya que, tanto la fabricación como hoy se conoce y las actividades de carácter industrial fueron desarrollados con la llegada de la Revolución Industrial, en el transcurrir de la segunda mitad del siglo XVIII.
Pero hay que mencionar que el término “fábrica” ya formaba parte del argot propio de arquitectos y constructores, ya que con esta palabra se hace referencia a la estructura edificada con base en módulos ordenados de manera tal que constituyan el soporte de la edificación.
En ese sentido y desde la mencionada perspectiva, se incluye en el citado concepto a todas las formas diseñadas de mampostería.