Una falacia se puede reconocer como un tipo de razonamiento el cual se cree como incorrecto de proceder, donde la persuasión psicológica es intencional y premeditada para engañar a una o varias personas, no se considera como un acto limpio y honesto cuando se usa ya que oculta un mal detrás de ella, es decir, por ejemplo cuando se promete algo y no se tienen los medios ni los recursos para hacerlo solo para poder a obtener o llegar a un beneficio personal.
La palabra falacia viene de la terminología del latín fallacia, el cual significa engaño, es decir, que se reconoce como no valido o sin valor alguno uno o varios argumentos pero que a la vista parecieran real o de base sólida. Se utiliza la lógica para una falacia así se podrá dar un razonamiento veraz al argumento expuesto.
Las falacias lógicas se clasifican en formales que se basan en la forma errónea de argumentar y estructurar el razonamiento a pesar de ser válido, pero pasa inadvertida al exponerla procurando el engaño y las no formales son las que se utilizan descalificaciones sobre los argumentos de las otras personas y que a la vez no se rebaten sus razones de los hechos. La falacia ha tomado una connotación de importancia sobre todo en el área de la política, donde se utilizan los argumentos y la persuasión para la relevancia hacia una candidatura de un partido político.
Aparte de estos tipos de falacia formales y no formales están la falacia a las afirmaciones del consecuente, falacia a la negación del antecedente, falacia del silogismo disyuntivo falaz, falacia contra el hombre, falacia de apelación del bastón, falacia a la autoridad, falacia a la emoción provocada, falacia por la ignorancia y falacia por falsa causa.