Glucosamina

La Glucosamina es responsable de crear un tipo de cadenas llamadas glicosaminoglicanos, conocidas como GAG, que se encargan de reparar el cartílago y las articulaciones del esqueleto humano. La principal fuente de glucosamina se extrae de los crustáceos (como langostas, camarones o cangrejos) y artrópodos, pero los encontramos en nuestro cuerpo de forma natural. Nuestro sistema produce pequeñas cantidades de glucosamina para reparar diversos tejidos dañados o debilitados.

Los cartílagos están formados por estas cadenas de glicosaminoglicanos y sus elementos principales son el colágeno, los proteoglicanos y los condrocitos más importantes. Estos últimos son los que utilizan la contribución adicional de glucosamina que está tomando para producir y reparar los tejidos sanos en nuestras articulaciones. Una deficiencia de glucosamina puede causar lesiones graves y dolores muy molestos durante el entrenamiento. Dolores que incluso le impedirán entrenarse a la intensidad que desee y que retrasarán su recuperación a largo plazo. Pero ¿por qué nos duelen las articulaciones?
La osteoartritis es la consecuencia del desgaste del cartílago y la fricción de los huesos afectados. Los huesos comienzan a frotarse entre sí causando desgaste. Con el tiempo, este desgaste puede ser muy doloroso o incluso afectar los nervios que están cerca de esos huesos, especialmente en la espalda. Por esa razón, mientras más aportes de glucosamina a tu cuerpo a través de una buena suplementación, más posibilidades tendrás de evitar o incluso deshacerte del dolor.
La glucosamina también proporciona elasticidad, ya que aumenta la presencia de agua en las articulaciones, por lo que crea una especie de amortiguación entre las articulaciones. Se ha demostrado en varios estudios que la glucosamina causa una mayor resistencia a la insulina, lo que hace que el páncreas trabaje más y lleve a una posible aparición de diabetes tipo II.
Pero en estos casos estamos hablando de tomar cantidades muy altas de glucosamina. En algunos casos se puede observar un aumento de gases intestinales o malestar estomacal. En cualquier caso, cuando comience a tomar glucosamina, consulte nuestras etiquetas primero para saber exactamente cuánto debe tomar.
Este suplemento es realmente fácil de tomar. No tiene una gran complicación y, de hecho, encontrará en el mercado varios tipos de glucosamina: clorhidrato de glucosamina, hidroyoduro de glucosamina, N-acetil y sulfato de glucosamina. Entre estas cuatro opciones, las más recomendadas son el sulfato de glucosamina (65% de pureza) y el hidróxido de glucosamina (83% de pureza).