En el ámbito de la meteorología se conoce como gota fría a un fenómeno natural que se produce de manera anual cuando se da lugar el inicio del otoño, en las regiones del mediterráneo, específicamente en la región este de las costas españolas. Esta consiste en una cantidad limitada de aire que posee temperatura elevadas en los niveles superiores de la atmósfera. En palabras más sencillas, ésta es una corriente de aire frío que se traslada por toda la región occidental de Europa a una altura que supera los 8 kilómetros y que cuando choca con aires más cálidos en el Mediterráneo provoca que se generen grandes tormentas.
Para que la gota fría se produzca es necesario que haya presencia de tres elementos, como lo es la inestabilidad de la atmósfera en su superficie, el mar a temperaturas elevadas y viento frío a gran altura. El procedimiento es el siguiente, cuando el mar eleva su temperatura hace que se produzcan grandes cantidades de vapor de agua, al igual que lo hace una ducha caliente, si en el momento en el que se produce dicho vapor éste se encuentra con vientos a temperaturas menores, se presentará un desequilibrio en el aire de la superficie el cual va a incrementar a medida que asciende. El vapor que se genera por el calor del mal se eleva debido a la inestabilidad antes mencionada y se condensa cuando alcanza la región fría, lo que hace que se generen nubes.
Dichas nubes pueden incrementar su tamaño muy rápidamente, ya que el vapor sube de forma rápida y fácil, lo que dará paso a nubes de tormenta que a pesar de no extenderse de forma horizontal si presentan varios kilómetros a lo largo, lo que hace que se produzcan precipitaciones fuertes generalmente acompañadas de rayos y trueno.
A pesar de que con la llegada de los avances tecnológicos se ha podido observar mucho mejor este tipo de fenómenos naturales, el término gota fría ha quedado relegado por parte de la comunidad científica, sin embargo no ha sido a si en las personas normales ya que aún lo suelen utilizar en el lenguaje corriente.