Para conceptualizar la palabra guerra se puede afirmar que ésta es la más grave expresión de un altercado de condiciones sociales y políticas, que se puede presentar entre dos o más asentamientos humanos.
La guerra es, tal vez, una de las formas de la relación internacional de mayor data en la historia de la humanidad, ya que sus inicios están ligados al establecimiento de las primeras civilizaciones que han poblado el mundo.
Esta acción netamente hostil, representa el conflicto que se desarrolla de manera organizada entre al menos dos grupos de personas, que disponen del armamento necesario para poder incorporarse al enfrentamiento, generalmente con el objetivo de mantener o adquirir el control de determinados recursos naturales.
También hay casos en los que el ejercicio bélico se desarrolla con el fin de lograr el desarme, neutralización y, dependiendo de la situación, la extinción de los contrarios.
Por otra parte, en el ámbito de las ciencias políticas y las relaciones internacionales, la guerra es considerada una herramienta, que se encuentra a disposición de un Estado para que logre alcanzar sus objetivos de crecimiento político y/o económico.
A decir del investigador Richard Holmes, la guerra es “es una experiencia universal compartida por todos los países y todas las culturas” del mundo, ya que no existe nación que no haya tenido, ya sea en el campo interno o externo, un conflicto de este tipo.
Tanto la existencia de reglamentación como las reglas en sí mismas han surgido y evolucionado con el transcurrir del tiempo y, asimismo, la definición de quiénes son los que se enfrentan también puede presentar variaciones, dependiendo de la capacidad de organización que posean los grupos armados que entran en combate.