Harén

El Harem fue originalmente un lugar organizado y arquitectónicamente estructurado. La mujer que la habita se convierte en un objeto de placer sexual, parece feliz en su confinamiento y se deleita en ella. En el harén, la mujer es un objeto femenino y la mayoría de los esclavos eligieron, con toda la intención, perder su libertad a cambio de una vida de lujo.

Reproduce la misma estructura social que en los rebaños: la totalidad de las hembras está bajo el control de un solo macho, el más poderoso. Incluía baños turcos y pequeñas mezquitas, bibliotecas, dormitorios, salas de música, salas de costura, cocinas e incluso un hospital. En este lugar donde junto a las ventanas de vidrio ahumado rojo y azul conviven las familias del principado, casi quinientas personas, y todo estuvo gobernado por una jerarquía muy estricta.
En algunos idiomas occidentales, el término se ha utilizado en un sentido más estricto, asociado con la mujer confinada. El significado dado por los orientales es el de «prohibido a los hombres». El término harem se deriva de la palabra harâm que sirve para designar todo lo que es tabú, prohibido por la religión.
En contraste, en el mundo musulmán tienen un concepto bastante diferente, el harén es simplemente un espacio reservado de la casa o el palacio, donde las mujeres pueden relajarse y quitarse el pañuelo sin temor a ser vistas por ojos ajenos a la familia.
Es importante resaltar, que constituida y perfectamente diferenciada en dos partes la vivienda musulmana es: el «selamlik», destinado a los hombres y el «harenlik», un área donde las mujeres pasan sus vidas. En las familias adineradas, donde la mujer no tenía obligación de trabajar, el harén a menudo se colocaba en el patio interior de la casa, lejos de cualquier mirada indiscreta.
Actualmente, el término harén define tanto la separación por sexo que gobierna la institución familiar en las sociedades islámicas como el lugar donde residen estas mujeres.
Otra relación inmediata que hacemos cuando escuchamos la palabra Harem es vincularla con el mundo musulmán, aunque en realidad y como veremos más adelante, han existido harenes o espacios exclusivos para mujeres desde los tiempos del Egipto faraónico pasando por la Grecia clásica y teniendo una larga tradición, sobre todo, en las sociedades orientales no islámicas.