El concepto de idealismo alemán hace referencia a un escuela de la filosofía la cual tuvo lugar a inicios del siglo XIX en Alemania, ésta se desarrolló en base a los escritos realizados por Immanuel Kant a finales del siglo XVIII, el cual guardaba especial relación con varios movimientos filosóficos como el Romanticismo y la ilustración, además de estar vinculado con la Revolución Francesa y la época napoleónica en general. Entre sus principales defensores se encuentran Fichte, Hegel, Schelling y el propio Kant. Este ideal se caracteriza por promover la unión frente a la población extranjera, además del entusiasmo hacia Alemania como país.
Una de los principales elementos en los que se fundamenta el idealismo alemán es el yo, es decir, que el mundo exterior y lo que pasa en él no tiene importancia, ya que por el contrario lo que realmente importa sino su representación como una idea, además de ello esta escuela filosófica se opone de manera firma con el realismo tradicional, la cual se centra en buscar la realidad de algo pero con el uso del pensamiento.
Los idealistas pertenecientes a esta escuela se centran en diferentes temas, entre los cuales sobresalen, las preocupaciones en el ámbito de la religión, en este caso se plantean dos problemas, uno de ellos es la relación que hay entre la religión y la filosofía y la religión y en segundo lugar la relación entre lo infinito y finito. Por otro lado también se discute sobre el desarrollo de lo que se conoce como la doctrina Kantiana, quien fuera el precursor de este pensamiento. En lo que respectaba a la estética ocupa un lugar relativamente importante debido a que Kant ya se había dedicado al estudio de ella.
Por otro lado se encuentra lo que se conoce como idealismo Hegeliano, cuyos fundamentos se basan en la idea que el espíritu y la naturaleza son el resultado de algo absoluto. Hegel tenía la concepción de que las ideas son los cimientos de todas las cosas. La recapitulación del idealismo de Hegel se puede ver reflejada en una de sus frases más recordadas, “el pensamiento racional no puede ser separado de la realidad, y la realidad sólo cobra sentido si forma parte de la razón.”