Joroba

La joroba es una formación que se presentan ciertas especies del grupo de mamíferos artiodáctilos, especialmente aquellos que habitan en zonas desértico-cálidas. Es preciso mencionar que, los artiodáctilos, pertenecen a la orden de los ungulados, aquellos mamíferos que se apoyan en la punta de sus patas para caminar y, a su vez, a los placentarios, que son capaces de retener a sus crías en el útero durante un largo período de tiempo. Es vulgarmente llamada joroba, de igual manera, a las formaciones óseas patológicas, localizadas en la columna vertebral de los seres humanos y algunos animales; estas curvaturas, dentro del ámbito médico, se denominan “cifosis”, y pueden ser corregidas mediante cirugía.

La joroba de los artiodáctilos es una característica natural de la especie y su aspecto puede variar; algunos animales pueden tener sólo una joroba, otros pueden tener dos (que pueden variar en volumen o tamaño), mientras que ciertos ejemplares pueden tenerlas flácidas, cayendo a sus lados. Según antiguas creencias, las jorobas almacenan agua, que a sus dueños les serviría para combatir el imponente calor del desierto; sin embargo, algunos estudios han demostrado que estas formaciones resguardan grandes cantidades de tejido adiposo. Al estar la grasa concentrada en sólo un lugar, el cuerpo del animal, casi completamente, puede estar fresco. Los camellos o dromedarios y los bisontes son algunos de las especies con jorobas.
La cifosis, por su parte, puede afectar casi a cualquier persona y puede ser de dos tipos: cifosis de postura, una curvatura flexible de la columna, que se presenta durante la adolescencia y es indolora; la cifosis de Scheuermann, más significativa que la primera y que puede causar gran dolor en el paciente y la cifosis congénita, común en los niños cuyas columnas vertebrales no se desarrolló correctamente. El tratamiento dependerá de la gravedad de la enfermedad; los métodos más comunes, de igual forma, son los ejercicios, los refuerzos ortopédicos y las cirugías.