El lenguaje es en sí mismo, el medio a través del cual todos los asentamientos humanos que existen sobre el planeta pueden comunicarse y, por lo tanto se refiere al conjunto de códigos comunitariamente aceptados y comprendidos por una sociedad determinada, con el fin de hacer posible la interacción de sus miembros.
Esa podría ser la definición más básica de la palabra, aunque, según sea la connotación que se le ofrezca, este vocablo puede poseer diferentes acepciones, en las que se incluyen el lenguaje6m,n que posee la naturaleza o todos aquellos elementos creados por la raza humana para comunicarse con sus congéneres.
En ese orden de ideas, se puede establecer que el lenguaje es la suma de un conjunto de signos deliberadamente acoplados con el objetivo de permitir la comunicación entre los seres humanos, es decir, se relaciona directamente con la agrupación sistematizada de códigos predefinidos que hacen posible que dos o más personas puedan realizar un intercambio de expresiones.
Hasta la fecha el lenguaje es atribuible únicamente a la condición humana, ya que, aunque existen mecanismos usados por conglomeraciones de otras especies para interactuar entre sí, ese proceso no se puede definir como tal o, por lo menos, no existen investigaciones científicas concluyentes que sustenten que el vehículo que utilizan para comunicarse pueda catalogarse como lenguaje.
Hablar de lenguaje es hablar de sociedad, de ella parte y a ella se debe, característica que refuerza la tesis de que la capacidad de utilizarlo le corresponde únicamente al hombre, independientemente del idioma que emplee, pues ningún otro individuo terrestre ha diseñado de manera consciente una sucesión de códigos que le permitan comunicarse con un similar.