Libertad de Culto

La libertad de culto es la posibilidad de celebrar ritos y ceremonias de adoración de la divinidad en la que se cree, dentro del templo propio de cada religión. La libertad religiosa es la posibilidad de pensar, actuar y seguir los preceptos religiosos, entre los cuales se encuentran las formas rituales y de celebración en las que se adora a la divinidad.

La libertad de culto es mucho más restrictiva, limitándose a las formas de adoración dentro de un templo. La libertad religiosa va más allá, incluso la libertad de tener una vida basada completamente en creencias religiosas. El cambio y la diferencia de significado no son pequeños, y pueden entenderse fácilmente al ver el tema de forma esquemática en dos escenarios.
El creyente acude a su templo de acuerdo con los preceptos de su religión, donde realiza los ritos y las ceremonias de esa religión, sin que nadie obstruya ese comportamiento. Además, el creyente tiene la libertad de gobernar su vida con los principios que su religión ordena, y que ella acepta libremente.
Es decir, la persona dentro y fuera de su templo actúa voluntariamente siguiendo las reglas de su religión. La persona creyente va a su templo de acuerdo con los preceptos de su religión, de manera idéntica al escenario anterior, donde realizan las ceremonias y los ritos de esa religión y sin que nadie obstruya esa libertad.
Sin embargo, fuera de ese templo, la persona ya no tiene la libertad de gobernar su vida de acuerdo con los mandatos de su religión; si es necesario, está legalmente obligado a actuar de manera contraria a lo que sus creencias lo obligarían. Los dos escenarios presentan situaciones radicalmente diferentes: la libertad de culto es una situación extremadamente limitada que la libertad religiosa.
Para concluir, la libertad religiosa es amplia e incluye los actos libres decididos en conciencia por la persona, de acuerdo con sus creencias religiosas.
En cambio, la libertad de culto se limita a la realización de ceremonias y ritos religiosos dentro de un templo, y cuando la persona abandona el templo, la ley puede obligarlo a actuar en contra de su conciencia.
En conclusión, la libertad religiosa incluye la libertad de conciencia y su expresión, mientras que la libertad de culto excluye la libertad de conciencia, la diferencia es enorme. Después de releer lo anterior, creo que es necesario agregar una idea; es muy posible y aterrador que los ciudadanos comunes no entiendan la libertad de conciencia y piensen que es razonable que, por ejemplo, un médico esté legalmente obligado a realizar abortos contra su conciencia. En cierto modo, lo que significa el cambio de la libertad religiosa a la libertad de culto es la pérdida de la libertad de conciencia.