Magnicidio

Cuando ocurre el asesinato de una persona relevante, este hecho es conocido como un magnicidio. En cuanto al término, el sufijo cidio se refiere a la acción de matar y el prefijo magnus expresa la idea de algo grande. Sin embargo, el asesinato de un líder tiene un impacto social obvio y puede influir en el curso de la historia.

Cuando la Guerra Civil Americana estaba llegando a su fin, un actor simpatizante de la causa confederada disparó al Presidente Abraham Lincoln que fue el primer presidente de los Estados Unidos en salir muerto durante su mandato (el último presidente asesinado fue John F. Kennedy en 1963).
A fines de enero de 1948, Gandhi estaba en casa orando en silencio y un oponente fanático entró en su casa y le disparó tres veces hasta que lo mató. Otros asesinatos son parte de la historia de la humanidad, como sucedió con el asesinato de John Lennon, Che Guevara, Trotsky, el Zar Nicholas II o Martin Luther King. Asesinatos que han quedado para la historia.
Después de que nace el mito del magnicidio, aunque cada asesinato tiene su propia historia, sí hay un fenómeno que se repite, el nacimiento del mito. Cuando una celebridad es asesinada, su muerte produce una convulsión general y la figura del personaje adquiere una dimensión aún mayor. Si el Che Guevara, Kennedy o Gandhi no hubieran sido asesinados, habrían pasado a la historia como personajes relevantes, pero su muerte violenta los ha convertido en símbolos auténticos que jamas olvidará la sociedad en general.
La mayoría de los magnicidas han servido de inspiración literaria y cinematográfica.
Se sabe que el crimen de Julio César a través de Shakespeare y la muerte de Kennedy, Luther King o Trotsky han sido recordados en varias películas donde han revivido la historia de estos ideales. Para algunos, es un aspecto clave para explicar una realidad histórica. Para otros, el asesinato es perfecto para introducir alguna teoría de la conspiración. En algunos casos, la muerte de un líder se convierte en un símbolo de los ideales.