El maltrato puede ser psicológico, físico, verbal, sexual, o una combinación de estos. La falta de atención, que ocurre cuando los padres o tutores no atienden las necesidades básicas de los niños que dependen de ellos, puede ser una forma de abuso. El abuso físico suele ser la forma más fácil de detectarse. Incluye cualquier forma de golpear, pellizcar, morder, etc, cualquier otra acción que cause lesiones en el cuerpo, deje marcas o produzca dolor físico.
El abuso psicológico es el más difícil de detectar porque no deja marcas físicas. Este tipo de abuso ocurre cuando los gritos y la ira van demasiado lejos o cuando un padre critica, amenaza, humilla o desprecia constantemente a su hijo hasta que su autoestima y sus sentimientos de valor personal se vean afectados negativamente. Al igual que el abuso físico, el abuso psicológico puede dañar y dejar cicatrices emocionales.
La falta de atención es difícil de identificar y definir. Puede hablar de ello cuando un niño o adolescente no tenga la comida, la vivienda, la ropa, la atención médica o la supervisión que necesita. Ocurre cuando un padre no le proporciona a su hijo suficiente apoyo emocional o le presta poca o ninguna atención de una manera deliberada y sistemática. No se refiere a casos en los que un padre no le da a su hijo lo que quiere, como una computadora nueva o un teléfono móvil, pero hay más necesidades básicas en juego, como alimentos, refugio y afecto.
La violencia familiar puede afectar a cualquier persona y puede ocurrir en cualquier tipo de familia. En algunos casos, los padres se maltratan unos a otros, algo que puede ser difícil para los niños que son testigos. Algunos padres maltratan a sus hijos y recurren a la violencia verbal o física como una forma de imponer la disciplina.
Pero el maltrato no solo ocurre dentro de la familia. El acoso también es una forma de abuso. Acosar a otra persona a través de la intimidación, las amenazas o la humillación puede equivaler a una golpiza. Es posible que las personas que hostigan a otros hayan sido víctimas de abuso. Este es también el caso de las personas que maltratan a su pareja. Pero el hecho de ser una víctima de abuso no es excusa para maltratar a nadie.
Por extraño que pueda parecer, a las personas a veces les resulta difícil reconocer que están siendo maltratados. Reconocer el abuso puede ser particularmente difícil para aquellos que han vivido con ellos durante muchos años. Estas personas aceptan la situación como algo natural y creen que no se puede hacer nada al respecto.