El término mecánica se desprende del vocablo proveniente del latín mechanica, el cual se refiere al oficio de construir máquinas que pueden desempeñar diferentes funciones.
De este arte se derivan varias ramificaciones, dependiendo del área en la que esté inmersa. De esa manera, existe una mecánica industrial, automotriz, entre otras.
En un contexto más teórico-práctico, la mecánica es una derivación de la ciencia física que tiene como función impulsar el movimiento de objetos y sistemas, a partir de fuerzas que se aplican directamente sobre ellos, usando para ese fin el mecanismo deductivo matemático, como pieza fundamental en la creación de fenómenos físicos, por lo que se constituye en sí misma en una rama científica ligada al campo de la ingeniería.
En el concepto de la mecánica están insertas tres áreas específicas. La primera de ellas guarda relación con los objetos rígidos y por ello está alineada con la estática, cuya característica principal es el tratamiento de objetos que carecen de movimiento, y la dinámica, que de modo contrario, trata los objetos que si se mueven. La segunda área es la de los cuerpos cuyas consistencias pueden modificarse y allí entra en acción la mecánica de los fluidos, que es, al mismo tiempo, la mecánica de medios continuos, o lo que es igual, una porción de materia compuesta por partículas de cantidad indefinida, que luego serán sometidas a indagaciones en el orden macroscópico, es decir, estimando sus objetivos continuos y descartando las interrupciones que existan en esa continuidad.
Por otro lado, la mecánica cuántica está inmersa en el estudio de la acción conjunta entre la materia y la energía, ayudando en la adquisición de conocimientos sobre átomos y en los avances de otras ramificaciones de la ciencia, como la química y la criptogragfía.