Meretriz es el nombre romano que en la actualidad se usa como sinónimo de prostituta. Más allá del origen de la palabra, meretriz es la mujer que, sin cariño, amor, afecto, contrae matrimonio con un hombre por interés propio, bien sea, económico o social.
La palabra meretriz tiene su origen durante el propio Imperio Romano. En aquel entonces, la prostituta de oficio se denominaba inicialmente Quastuosa. Y eran ellas, y no las meretrices, las que se dedicaban a la prostitución.
En aquel entonces, junto a las meretrices existían sacerdotisas de diferentes templos que ejercían el sexo por vocación a su religión o como práctica de su participación de su culto, colaborando sus servicios sexuales a cambio de dinero y enmascarando la transacción bajo algún argumento religioso. Grandes y conocidos templos fueron referencia para realizar esta práctica.
En la actualidad medios de comunicación utilizan aún este término para identificar a las mujeres que se dedican a referente oficio. Desde pequeñas a grandes ciudades se pueden encontrar sitios exclusivos donde mujeres ofrecen el servicio de sexo a cambio de dinero u otro interés.