Metformina

La metformina es el fármaco de primera elección para el tratamiento de la diabetes tipo 2 en adultos, cuando los cambios en los estilos de vida (dieta y ejercicio) no son suficientes para el control de la glucemia. Este medicamento antidiabético «reduce los niveles sanguíneos de glucosa, tanto al inicio del estudio, durante el descanso, el ayuno, y los que se alcanzan después de las comidas.

Funciona al reducir y retrasar la cantidad de glucosa que se absorbe de los alimentos a nivel intestinal, también disminuye la cantidad de glucosa producida por el hígado y promueve su almacenamiento como glucógeno, aumenta la sensibilidad muscular y del tejido periférico a la insulina, incrementando la captación y la utilización de glucosa, según Núria Casamitjana, directora del Centro de Información sobre Medicamentos (CIM) de la Asociación Oficial de Farmacéuticos (COF) de Barcelona.
Sería más antihiperglucémico que hipoglucemiante. De hecho, dice Flora López Simarro, coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Diabetes de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), «no afecta la secreción de insulina por el páncreas, por lo que es una droga que no presenta riesgo en sí misma» de la hipoglucemia.
Otro uso de la metformina, fuera de la hoja de datos, está en mujeres con problemas de esterilidad debido a ovarios poliquísticos, ya que mejora la ovulación y la fertilidad.
Este medicamento puede usarse solo o en combinación con otros antidiabéticos orales o con insulina. «La dosis inicial habitual es de 500 mg u 850 mg de metformina 2 o 3 veces al día, junto con o después de las comidas. Después de 10 o 15 días, la dosis debe ajustarse según los niveles de glucosa en la sangre», dice Casamitjana. En este sentido, López Simarro dice que «se recomienda iniciar el tratamiento con media tableta con la cena y luego aumentar la dosis de acuerdo con la tolerancia, para obtener la pauta más común, que son dos tabletas al día».
En pacientes de edad avanzada, dado el posible deterioro de la función renal, la dosis de metformina se ajustará de acuerdo con esta condición. Por lo tanto, será necesario llevar a cabo las evaluaciones correspondientes periódicamente.
Los expertos comentan que al comienzo del tratamiento con metformina, con frecuencia aparecen efectos secundarios gastrointestinales, como náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y pérdida del apetito. Sin embargo, estas molestias se resuelven espontáneamente en la mayoría de los casos.