Misoginia

La palabra Misoginia se refiere al odio hacia el sexo femenino, ya sean mujeres o niñas. Este término deriva del griego y está compuesto de miso que significa odio, gyne que significa mujer y el sufijo es aquel que da la idea de acción, calidad. Del idioma griego y proveniente del mismo, con el sufijo miso significa despreciar u odiar, y gyné significa mujer o femenino (de esto también derivan otras palabras cómo ginecología).

El misógino es aquel individuo que desprecia a las mujeres y critica, odia y menosprecia no sólo las actitudes que las mujeres pueden tener específicamente en circunstancias particulares, sino también su papel permanente dentro de la sociedad.
En general, la misoginia está relacionada con la violencia de género contra las mujeres por parte de los hombres, pero en algunas situaciones también se aplica a las mujeres que desprecian y menosprecian a los demás, también llamado el último de hecho como feminicidio.
Vale la pena señalar la diferencia que existe entre el término machismo y misoginia; los hombres machistas no odian a las mujeres, simplemente quieren ejercer control sobre ellas, ya que las consideran inferiores a ellas. El machismo considera a las mujeres, solo para proporcionar placer sexual, para reproducirse y para cumplir con las tareas domésticas, por nada más. Por otro lado, en la misoginia existe la ausencia absoluta de la figura femenina en la vida del hombre. Se cree que la misoginia puede causar traumas a una temprana edad. Esto, según estudios psicológicos, causados ​​por una figura femenina en su entorno; por ejemplo, una madre muy severa, una hermana abusiva, una maestra muy estricta. Este tipo de problemas psicológico pueden desarrollar en un infante sentimientos que lo afectarán en su futuro.
Actualmente la misoginia es bastante común, ya que, no solo se observa en sociedades más conservadoras como el Medio Oriente, sino también en aquellas que generalmente se consideran más progresistas, es decir, las de Occidente. El abuso de la mujer puede ser castigado o sancionado oficialmente por la ley, pero esto no siempre significa que en la práctica las mujeres no reciben maltrato, desprecio, abuso o negligencia no solo de los hombres sino también de sus pares de género. Este tipo de maltrato puede ser de manera verbal (como agredir a través del habla o la comunicación a las mujeres), así como físico (por ejemplo, abuso sexual) o psicológico (por ejemplo, desde el desprecio permanente por las acciones que una mujer puede llevar a cabo).