Morbilidad

El término “morbilidad” es empleado para hacer referencia a todas aquellas personas que se enferman en un lugar y tiempo determinado. El estudio de estas estadísticas está dirigido, sobre todo, al conocimiento de cómo evoluciona una enfermedad en determinada zona; es una de las herramientas más utilizadas en la epidemiología, conociéndose con ella cómo avanza o retrocede una condición médica específica. En algunas ocasiones, también se utiliza la palabra morbilidad para hablar sobre el mismo proceso científico. El origen del término se sitúa en la palabra anglosajona “morbidity”, proveniente, a su vez, del vocablo latín “morbus” (enfermedad); otra versión sugiere que morbus se adaptó primero en el alemán, en la forma de “morbilität”.

Es preciso mencionar que, las enfermedades, son definidas a menudo como una alteración en la fisiología en cierta parte del cuerpo, con síntomas y causas definidas; existen diversos tipos de enfermedades, sin embargo, las contagiosas salen a relucir de forma notoria. Para poder obtener la morbilidad, es necesario dividir la cantidad de personas enfermas por la cantidad total de la población. Con estos datos demográficos, se puede observar cómo las enfermedades se esparcen en determinadas regiones, además de cómo surgió y las soluciones que pueden acabar, finalmente, con el brote. A nivel epidemiológico, la morbilidad puede ser ampliada, con el fin de conocer los efectos que tiene la enfermedad sobre la población.
Los métodos para obtener las tasas de morbilidad más frecuentes son: la prevalencia, en donde se estudia la frecuencia tanto de los casos antiguos como la de los actuales, en lo que se conoce como prevalencia de período; la incidencia, que se refiere a la rapidez con la que una enfermedad se puede propagar, a lo que se le suma, de igual forma, la prevalencia de los casos en determinados lugares.