Motivación Extrínseca

La motivación extrínseca, también conocida como motivación externa, son la serie de estímulos emocionales y sentimentales que provienen del mundo externo, realizadas con el fin de hacer que una persona se sienta capaz de llevar a cabo actividades que cree imposible de realizar. En contraposición a esta se encuentra la motivación intrínseca, aquella que le permite sentirse motivado a realizar una gran cantidad de tareas, sin la necesidad de recibir apoyo o porras de otras personas. Se trata de un proceso que puede ayudar al crecimiento personal de un sujeto, pero que en grandes proporciones, puede generar una negativa dependencia por la aprobación de otros.

Como tal, la motivación externa ayuda a que una persona sienta la necesidad de superar lo que ya ha logrado. Esto se logra mediante la administración constante de ciertas recompensas, como dinero, ascensos laborales, regalos deseados, entre otros. Se trata de un método ampliamente utilizado en la educación parental, puesto que estimula al infante a adoptar conductas positivas y a interesarse en actividades importantes para su desarrollo intelectual, emocional y físico, como lo es la escuela, los deportes e, incluso, el mantener pequeños trabajos domésticos. Otro aspecto de importancia de este tipo de motivación, es que, de una u otra forma, quien realiza las actividades, es completamente ajeno a la acción, puesto que sólo la realiza con el fin de obtener las recompensas establecidas.
En el ámbito laboral, las motivaciones extrínsecas son puestas en práctica para mantener cierto ritmo de trabajo o mejorarlo. Esto se logra mediante la entrega de ciertos incentivos monetarios, que se derivan de la conducta expresado en el ambiente de trabajo. Esto, a la largo, puede incluso motivar a otros empleados a mantener el mismo comportamiento y rendimiento.