Como mueble se conoce a todo aquel objeto que haya sido ideado, diseñado y estructurado con la finalidad de que cumpla una función específica dentro de una residencia o establecimiento de cualquier tipo.
Una de las principales características que conceptualizan a un mueble es precisamente su condición de objeto que puede ser movido de un sitio a otro, razón por la cual otros elementos que forman parte de una casa o local y su decoración, no califican dentro del criterio que define a un muebles, tal como ocurre en el caso de las puertas, las ventanas, los pisos y techos, entre otros.
Los muebles, en sus diferentes presentaciones, fueron inventados por el hombre para que ocuparan un lugar específico dentro de los espacios en los que se desenvuelve.
Estos objetos cumplen una diversidad de funciones, todas orientadas a brindarle mayor comodidad a la vida de los seres humanos.
En ese orden de ideas, cabe afirmar que elementos como sillas, camas, mesas y bancos bien podrían ser algunos de los primeros muebles elaborados por el hombre, pues cada uno de ellos ejerce un rol elemental dentro de un domicilio humano.
Con el pasar de los años han ido apareciendo otras clases de mobiliario, no tan esenciales a la hora de hacer más llevadera la cotidianidad, pero no por eso dejan de ser interesantes, tal como ocurre con las bibliotecas, los escritorios, las peinadoras, los sofás, las mesas de noche, los armarios, entre otros tantos muebles que hoy son comunes en cualquier hogar u oficina.
Vale mencionar que hasta el XVII los muebles eran concebidos únicamente para que cumplieran una función específica, pero desde entonces hasta la fecha, son piezas esenciales en la decoración de un espacio determinado.