Fundamentalmente, el nacimiento se produce en el mismo instante en el que un animal abandona el vientre materno y tiene su primer contacto con el mundo exterior, relacionando el término directamente con las especies vivíparas, aunque también se está en presencia de un nacimiento cuando los ovíparos emergen del cascarón o las plantas salen de sus respectivas semillas, en el caso del campo vegetal.
Mientras que dentro de la especie humana, también se le conoce como parto o alumbramiento. En referencia al hombre, el periodo de gestación de un individuo, es decir, el tiempo que transcurre entre la gestación y el nacimiento, dura alrededor de nueve meses.
En el ámbito moral y religioso, la determinación de en qué momento empieza la vida humana, con frecuencia ha estado sometida a discusiones que buscan aclarar asuntos inmersos en el mundo jurídico, relacionados con el conflicto de intereses que se generan al medir el derecho que tiene el feto de nacer y el derecho que posee su progenitora de decidir si permite el desarrollo de su embarazo o, por el contrario, lo interrumpe.
El nacimiento puede producirse por vía natural, en cuyo caso la mujer se rige por las normas que le indica el instinto y puja hasta permitir que el bebé salga de su vientre.
Pero también existen los alumbramientos asistidos, en los que un equipo médico especializado, haciendo uso de diversos equipos diseñados para tal fin, aplican a la parturienta una cirugía denominada cesárea, la cual consiste en cortar una zona ubicada en el bajo vientre, para luego extraer al feto. Este tipo de intervenciones quirúrgicas se realizan, principalmente, cuando el parto natural presume un riesgo para la salud del individuo que está por nacer.