Se trata de una cicatriz de deja el cordón umbilical luego de que es cortado posterior al nacimiento de un bebé, dicho rastro es visible en mayoría de los mamíferos de tipo placentarios (las crías se mantienen dentro del útero durante largo tiempo). En los seres humanos su ubicación es exactamente igual en todos los individuos, sin embargo su forma tamaño y profundidad pueden variar dependiendo de cada persona, a pesar de eso solo existen 2 clasificaciones conocidas, el obligo interno (formas común con una profundidad promedio) y el ombligo externo se presenta cuando hay exceso de piel en donde se encontraba el cordón umbilical.
Luego de que él bebe nace es cortado el cordón umbilical, luego el remanente del cordón debe secarse entre los 7 y 12 días posteriores al que fue cortado, luego se desprende y deja a su paso una pequeña cicatriz a lo que se le conoce como el ombligo, durante estos primeros días es muy importante que se esté bajo permanente vigilancia de puesto que la herida se encuentra aún abierta y es propensa a contraer infecciones, la hernias umbilicales son otro factor de riesgo del cual se debe estar bien atento.
En la actualidad en el ámbito de la medicina el ombligo es comúnmente utilizado como una vía de acceso en procedimientos médicos como una laparoscopia (Técnica que permite visualizar la cavidad pélvica abdominal a través del uso de herramientas ópticas).
A pesar de todo esto son muy pocos los usos que el cuerpo le da al ombligo ya que no cumple con ninguna función determinada dentro del organismo y tampoco se encuentra relacionado con ninguna acción que pueda defender o incluso afectar al cuerpo. Sin embargo en lo que respecta al cordón umbilical en sí, vaya que si es de gran importancia, ya que mientras el feto se encuentra en el vientre de la madre, éste no está en la capacidad de valerse o alimentarse por sí solo, por lo que el cordón representa el elemento principal que lo une a la madre y es el encargado de transferir los nutriente y el oxígeno que necesita para su desarrollo.