Pangea

Con el nombre de Pangea se conoce el supercontinente que existió hace unos 300 millones de años, entre el final de la Era Paleozoica y el comienzo del Mesozoico. Pangea era un solo continente formado por la mayoría de las masas terrestres del planeta, que se habían agrupado debido al movimiento de las placas tectónicas. Tenía una forma similar a la de una herradura y estaba distribuida en el área de la tierra de Ecuador, rodeada por un mar único llamado Panthalassa.

El proceso de transformación de la Tierra se llama deriva continental. Los expertos consideran que el movimiento de los continentes se produce por el desplazamiento de tres grandes pilares o placas (hay dos placas continentales y una que está debajo del océano, llamada placa oceánica). El movimiento de las placas se debe al hecho de que descansan sobre un material blando dentro de la Tierra, que se llama astenosfera.
La teoría de la deriva continental surgió en 1912 y fue desarrollada por el geofísico alemán Alfred Wegener, quien es considerado el precursor de la geología tal como lo conocemos hoy en día. Según su investigación, la existencia de Pangea como una estructura única fue demostrada por dos aspectos geológicos muy importantes: las formas de los continentes actuales y el ajuste entre ellos y la similitud de los registros fósiles en diferentes áreas del planeta. Esta información lo llevó a concluir que había una superestructura continental, una tierra unida que se llamaba Pangea.
Las hipótesis indican que Pangea habría sido un bloque de tierra gigante con la aparición de la letra C que se distribuyó en el área de Ecuador y estaba rodeada por un océano conocido como Pantalasa. Al ser un solo supercontinente, los organismos terrestres podrían migrar desde el Polo Sur al Polo Norte. Hacia el final del Triásico y el inicio del Jurásico, los desplazamientos de las placas tectónicas hicieron que Pangea experimentará una fragmentación y se consolidarán dos nuevos continentes: Gondwana, en el sector sur, y Laurasia, en el norte. Estos dos continentes fueron divididos por el mar de Tethys. Con el tiempo, la traducción de las masas continentales (un fenómeno conocido como deriva continental, un proceso que aún continúa) terminó generando los continentes como los identificamos hoy.