Paternalismo

El paternalismo da cuenta de una manera de enmarcar las relaciones sociales donde una persona asume el papel de protector. Este tipo de circunstancia puede referirse a diferentes áreas, como laboral, política, educativa, etc. El rasgo distintivo de un tipo de estructura social con características paternalistas es que alguien, generalmente un hombre, tiene un trato con otros donde los vínculos establecidos tienen un cierto grado de asimetría; en efecto, dicha persona generalmente tiene un tratamiento de preeminencia con respecto a los demás, una preeminencia que se traduce en un tratamiento condescendiente y protector.
Sin embargo, vale la pena señalar que aunque en el entorno doméstico y familiar la actitud de los padres se valora muy positivamente, en política es donde más se ha aplicado este sistema de comportamiento, no es considerado por la mayoría como una propuesta positiva y óptima para el desarrollo de una nación, sino todo lo contrario, porque el gobierno asociado con el paternalismo se debe a que tiene características cercanas al autoritarismo.

El ejercicio de la autoridad es de enorme importancia en diferentes facetas de la experiencia cotidiana. Sin embargo, sucede que esta situación es mal entendida por aquellos que ejercen este papel. En efecto, la autoridad se basa en el hecho de agregar valor con el liderazgo, no solo por el hecho de mostrar un título o escala. Por lo tanto, el líder generalmente tiene un papel que es importante en un contexto determinado. De hecho, siempre que este rol se mantenga en el hecho de generar beneficios para el grupo, se puede decir que la autoridad se entenderá bien.
El paternalismo puede ser considerado como una forma de ejercer la autoridad. El paternalismo implica ciertos principios y normas que reflejan los valores del patriarcado. Al ejercer el paternalismo, una persona toma decisiones que no pueden ser discutidas o cuestionadas, aunque también otorga ciertos consentimientos y transmite afecto. Además de todo lo anterior, no podemos ignorar la existencia también de lo que se conoce como paternalismo médico. Este término se usa para referirse a un modelo de relación que se establece en el nivel de salud. Básicamente consiste en que el médico adopte el papel de padre con poder y protector, mientras que el paciente, por otro lado, asume el papel de niño obediente y frágil.
El gobierno paternalista protege y cuida a sus «ciudadanos», limitando en todos los aspectos sus libertades y, a cambio, aumenta su poder de decisión porque considera que es el único capaz de cuidar los intereses de las personas. En este sentido, cualquier resolución tomada no puede ser apelada por la gente sino simplemente obedecida.