Pecado Original

Dentro de las religiones, se le llama pecado a aquellas acciones, palabras o pensamientos que, de alguna forma, irían en contra de los preceptos de esa religión o, bien, en contra de la voluntad de Dios para con la humanidad. Dentro de la religión, especialmente las de origen abrahámico, el pecado original o el pecado ancestral, es la “mancha” que está sobre la humanidad, como producto de la actitud rebelde expresada por Adán y Eva en el jardín del Edén. Esto, de acuerdo a la religión y las influencias sobre las doctrinas, puede ser interpretado de formas distintas, evocando desde la culpa colectiva y eterna, hasta la determinación de la una “naturaleza pecadora”, presente en cada uno de los seres humanos.

Desde las primeras traducciones al castellano de la biblia, se menciona al pecado original. Esté, de acuerdo a las primeras versiones, es el pecado de Adán (por comer los frutos del árbol prohibido, que le proporcionaría una sabiduría igual a la de Dios), que fue transmitido o heredado a sus descendientes, y que se perpetuaría hasta la llegada de Jesucristo. En otras versiones, se asegura que Dios sugirió que los pecados de Adán eran sólo de él; los creyentes, sin embargo, asumieron que esto significaba la muerte para los demás seres humanos en la Tierra, que se presenta en la forma de un cuerpo que desfallece con el paso del tiempo.
En el judaísmo, a menudo se le interpreta como la transición a la vida adulta y la autonomía sobre el propio ser, es decir, la puesta en escena del libre albedrío. En la iglesia católica, por su parte, se tiene una distinción entre dos aspectos del pecado original, tales como: el peccatum originale originans (el pecado en sí) y el peccatum originale originatum (la consecuencias que trajo el pecado original para la humanidad); la única forma establecida para liberarse de él es el bautismo, un acto en el que se le coloca agua bendita sobre la frente a una persona, como símbolo de su iniciación en la religión católica. En el Islam la idea de un pecado original es rechazada, puesto que los responsabiliza a ambos sobre sus acciones y se les da el castigo correspondiente (la expulsión del Jardín).