Pentagrama

Pentagrama es el nombre que recibe un conjunto de cinco líneas horizontales, con distancia equitativa, cuya finalidad es la de fungir como una especie de guía para la escritura de notas musicales y demás signos musicales involucrados, para la creación de piezas musicales. Los pentagramas, cabe destacar, forman parte del sistema de notación musical occidental. Goza de una rica historia y ha pasado por algunas modificaciones, para perfeccionar la representación de los símbolos, además de facilitar la interpretación de los mismos.

Los pentagramas tienen su origen, propiamente dicho, en los cantos gregorianos, bastante populares durante el Medioevo. Al principio, para indicar la altura, se empleaba texto; tiempo después, este fue reemplazado por líneas. Hacia el siglo IX, sólo se empleaba una línea y, a menudo, se le coloreaba y por sobre esta se colocaban los cantos. Esto realmente no resultaba muy preciso, por lo que diversos pensadores se dieron a la tarea de perfeccionar el sistema frente a ellos; de entre ellos podemos destacar a Guido D’Arezzo, un monje benedictino, quien, según historiadores, se encargó de inventar el tetragrama, que constaba de cuatro líneas. No fue hasta el siglo XV cuando la quinta línea fue sumada, siendo utilizada esta configuración en la actualidad. Este contribuyó a facilitar la enseñanza y escritura de los cantos.
Ahora, el funcionamiento del pentagrama puede resultar algo complejo. Este, de forma general, sirve para representar todas las características de una composición. En este pueden ser escritos signos como notas musicales, silencios, la clave, armadura, compás, tiempo y carácter. Las líneas, por su parte, son enumerados de abajo hacia arriba, representando estas el tono. Adicionalmente, pueden ser añadidas más líneas, sobre o por debajo de las principales, para incluir a aquellas notas que están fuera.