La palabra Queloide es originario del griego “cheleoide” del cual se deriva “chele” que significa “cangrejo” y el “oide” que significa “con forma de”, entonces un queloide tiene forma de cangrejo, sin embargo se mayor referencia a la forma de una pinza de cangrejo en realidad.
Un queloide es el crecimiento excesivo de la piel que surge después de que ha sanado una herida o lesión, en estos casos el tejido cicatrizal se expande exagerada y desmesuradamente. Los queloides aparecen en las heridas cutáneas que pueden ser de diversas índoles, como por ejemplo intervenciones quirúrgicas, quemaduras, fracturas, acné, perforaciones de piercings y hasta se pueden formar por el simple pinchazo de una vacuna. La cicatriz en forma queloidal puede extenderse más allá del sitio en donde en verdad ocurrió la lesión.
Los queloides suelen caracterizarse por ser protuberantes, es decir, sobresalen de por encima de la piel, también por presentar distintos colores al pigmento original y normal de la piel, en algunos casos son más oscuros y en otros más claros, además pueden provocar irritación, picazón, ardor y dolor generalmente en la zona de la piel que rodea al queloide.
Por ser heridas que tienen todas las características anteriormente mencionadas son totalmente antiestéticas lo que puede originar inconformidad consigo mismo a la persona que tenga uno o varios queloides, pero además de ser feas pueden llegar a ser dolorosas y causar dificultad en la movilidad, cuando eso llega a ocurrir se debe acudir al médico en búsqueda de un tratamiento.
La formación de un queloide puede ser heredado de los padres, lo que quiere decir que es una enfermedad genética debido a que el fenotipo de sus fibroblastos es anormal. También se afirma que los queloides son más comunes en las personas de raza negra, asiática y las personas de origen hispano y además es más frecuente que se presenten en individuos en edades comprendidas de 10 a 20 años.
Por lo general los queloides no son malignos pero en algunas ocasiones pueden llegar a ser tumores cutáneos, la manera de saberlo es realizando una biopsia. De no ser un tumor maligno puede ponerse en tratamiento por intervención quirúrgica, con láser, inyecciones, radiación, entre otras, aunque en la mayoría de los casos se puede producir un queloide mayor.