Sacrificio

La palabra sacrificio está relacionada con la acción de realizar ofrendas a ciertas de deidades, como forma de agradecimiento o para pedir favores. De igual forma, puede tratarse la estrategia, utilizada en el ajedrez, en donde un jugador entrega una pieza de poco valor, para así poder tomar una de mayor valor del jugador contrario. De igual forma, se toma como sinónimo de “abnegación”, la renuncia completamente voluntaria a ciertas ventajas, intereses o deseos, en favor del bienestar de los demás; es una de las tantas herramientas de las que hace uso el altruismo, aquél comportamiento que aumenta la probabilidad o la calidad de vida de otro sujeto, a partir del sacrificio propio.

A lo largo de la historia han existido multitudes de religiones, doctrinas y prácticas que abogaban por la matanza de animales y humanos, como una especie de regalo a los dioses de su cultura. Estas muertes son a menudo etiquetadas como “rituales”, y han estado presentes en casi todas las culturas que alguna vez se encontraron en nuestro planeta, como la griega, la romana, la hebrea, los aztecas y los mayas. Estas manifestaciones son entendidas como dones perceptibles, que tienen una connotación espiritual de gran importancia para quien las realiza. Sin embargo, con la evolución de la sociedad y la adopción de diferentes leyes que regulan la vida de los animales y los humanos, los sacrificios rituales han decaído.
La abnegación, por su parte, es una de las tantos sacrificios que realizan las personas que dedican su vida a la religión o el bien de la humanidad. Estos renuncian a sus propias ambiciones e intereses, con el puro y simple fin de mejorar la calidad de vida de otras personas. Uno de los ejemplos modernos de los abnegados, es la Madre Teresa de Calcuta.